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sábado, 14 de mayo de 2011

¿ QUE ES LA EVOLUCION ESPIRITUAL ?



 
Todos nosotros, los que creemos realmente en la Reencarnación, tenemos la necesidad de pensar en esa cuestión de la evolución espiritual con cierta frecuencia, sin que ésta sea demasiada para que no se vuelva ansiedad, ni poca para que no se torne laxitud. Pero... ¿qué es la evolución espiritual?

A mi modo de ver, es una evolución de nuestro grado de conciencia y tiene lugar mediante la limpieza de nuestros sentimientos y pensamientos, que hace con que podamos, gradualmente, ir libertándonos de nosotros mismos y dirigiendo nuestra atención hacia los demás, hacia todos, es decir, salirnos de nuestro egocentrismo.

Si convenimos en que uno de los aspectos que nos diferencia de los Espíritus superiores es el hecho de que nosotros todavía necesitamos de estancias en este plano terreno, y ellos no, debemos entonces entender por qué es así.

Si aún estamos pasando por vivencias en este plano material como encarnados y ellos no, esto se debe al hecho de que aún no tenemos aprendidas las lecciones pertinentes a este plano; lo que implica en la necesidad de más "limpieza" de nuestros cuerpos emocional y mental, referida más arriba.

De este modo, si reencarnamos, por ejemplo, para "limpiar" nuestros cuerpos sutiles de ira, de odio y de agresividad, ciertamente pasaremos por situaciones y experiencias por las que todos pasan, pero a las cuales reaccionaremos con ira, con odio y con agresividad, pues de esto es de lo que hemos venido "contaminados". Y es lo que tendremos que trabajar en nosotros; si lo conseguimos, esto propiciará nuestra auto-evolución.

Otra persona reaccionará con tristeza y con resentimiento, ya que esto es lo que trae consigo, y esto es lo que deberá trabajar en sí, para su auto-evolución. Alguna otra persona reaccionará con sumisión y dependencia, siendo esto lo que ha de trabajar en sí misma, y así sucesivamente.

Todos nosotros pasamos por situaciones que generan conflicto, "negativas", pero reaccionamos a nuestra manera, que es congénita, característica de cada cual, la que hemos traído al reencarnar.

Y entonces percibimos que evolución consiste en mejorar nuestras características inferiores congénitas, pues nuestra personalidad es congénita, ya nace con nosotros y es, básicamente, la misma de la encarnación anterior.

Ese es uno de los pilares de la novísima Psicoterapia Reencarnacionista (www.abpr.org).


Podemos percibir qué hemos venido a mejorar, o eliminar, en nosotros, en la actual encarnación, por la constatación de la manera imperfecta con que reaccionamos a las situaciones y a las experiencias de la vida, desde la infancia.

Pero no debemos culpar a quien hace o hizo aflorar en nosotros sentimientos que no nos agradan; esas personas (que generalmente son el padre, la madre, el marido, la esposa, un hijo, etc.) son agentes de nuestro destino que, aunque aparentemente nos estén haciendo daño, están haciéndonos un bien, pues nos muestran aquello que hemos venido a mejorar en nosotros.

El que ha reencarnado con sentimientos y pensamientos de ira y odio, ha de ir pasando en la vida por situaciones cotidianas, por las que todos pasan, pero que en él desencadenarán ira y odio, puesto que es lo que ha traído, hasta el día en que se dé cuenta de que debe curarse de eso y pasará a reaccionar con paciencia, tolerancia y comprensión, en las mismas situaciones en que antes reaccionaba con ira y odio.

El karma (ley del retorno) representa unas situaciones y si la lección está siendo aprendida, esa persona podrá decir que está evolucionando espiritualmente.

Esto le posibilitará aumentar su capacidad de amar, que es la verdadera evolución. El mismo razonamiento se aplica al que ha reencarnado con una tendencia, por ejemplo, a reaccionar con sentimientos de rechazo y abandono.

Esta persona reaccionará de ese modo en las situaciones, es decir, con rechazo y abandono; su lección es aprender a cambiar ese antiguo modo de sentir, no resintiéndose, no creyéndose víctima y culpando a otros.

Eso posibilitará a esta persona la misma evolución de la del anterior ejemplo, que necesitaba curar la ira.

La manera personal, de cada uno de nosotros, de reaccionar en las situaciones desagradables de la vida es una tendencia congénita, de siglos, que ya nace con nosotros.

De una encarnación para otra se muda apenas el cuerpo físico; así, para saber como debemos evolucionar, basta detectar nuestros defectos congénitos e ir corrigiéndolos.

Lo más frecuente, que es culpar a otros, es una pérdida de tiempo, pues desvía el enfoque de la verdadera cuestión, que es nuestra tendencia a reaccionar de modo inadecuado a las situaciones karmáticas, que es lo que debemos curar en nosotros, es nuestra Misión reencarnatoria.

Ya no tendremos más necesidad de reencarnar cuando eliminemos completamente todas nuestras inferioridades; ahí entonces seremos un Espíritu superior.

¿Qué sucederá entonces? ¡La evolución continuará! El hecho de que ya no necesitemos pasar por experiencias en el plano terreno no significa que nos volvemos "santos", apenas que ya se han aprendido las lecciones pertinentes a ese plano; mas continuaremos pasando por vivencias evolutivas en otros, sin parar.

Mucha gente cree que cuando se muera irá para un lugar mejor y que "Allá sí que es bueno..." En verdad, somos nosotros, que estamos aquí y allá; la diferencia está en la frecuencia vibratoria de la corteza terrestre o del Plano Astral.

El simple hecho de desencarnar no implica una mejora inmediata de los sentimientos inferiores, apenas puede que se dé, por la pérdida del cuerpo terreno, una mudanza en la visión de la realidad, o sea, puede corregirse el enfoque distorsionado por las ilusiones de percepción de la personalidad pasajera.

Digo que puede, porque muchas veces esto no sucede, y la personalidad desencarnada permanece con la misma visión distorsionada de cuando estaba encarnada; continúan los mismos razonamientos y las mismas emociones equivocadas.

Esto se observa en los llamados espíritus obsesores que se quedan por aquí y en los que son atraídos de manera vibratoria para el Umbral.

Pero en aquellos que, después de la muerte física, se dirigen o son conducidos a los Puestos de Socorro, Colonias o Ciudades del Plano Astral, como el Campo de la Paz, Nuestro Hogar, etc., va teniendo lugar gradualmente una corrección de las distorsiones de la visión, o sea, la liberación de las ilusiones y de las armadillas, a través de un trabajo interno propio, con orientación de Coordinadores, Instructores, etc.

Nada cambia, obligatoriamente, por el acto del desencarne, por la sencilla razón de que el cuerpo material no siente ni piensa, apenas obedece al comando de los cuerpos emocional y mental, que permanecen como son después de la muerte del físico, en el nivel en que estaban, en el grado de evolución que habían alcanzado.

Para los cuerpos sutiles nada cambia con el hecho de que estemos encarnados o desencarnados, la meta es la evolución y ésta debe ocurrir aquí o en cualquier otro plano.

Por esto los medicamentos psiquiátricos, encaminados al cerebro, no consiguen curar realmente, pues no alcanzan los pensamientos ni los sentimientos. Los medicamentos que poseen esa acción son las esencias florales y los remedios homeopáticos.

La Psicoterapia Reencarnacionista pretende difundir la aplicación, aquí, durante la encarnación, de una psicoterapia similar a la que es aplicada en el período de inter-encarnaciones, claro que dentro de nuestras limitaciones. Allá es aplicada por el Guía Espiritual de la persona desencarnada, aquí lo es por nosotros, seres tanto o más imperfectos que nuestros pacientes...

La finalidad es, durante la jornada terrestre, descubrir en qué aspectos nos estamos equivocando. ¿Por qué dejar para después la corrección, o la intención de corrección, si la podemos iniciar o incrementar desde ya? ¡La corrección de la visión hecha aquí ahorra tiempo y sufrimientos inútiles! La corrección de la visión allá, lleva el problema para la próxima "vida".

La Psicoterapia Reencarnacionista, bien aplicada, con conciencia y responsabilidad, puede ayudar a las personas a evolucionar bastante más rápido de lo que lo están haciendo, por la posibilidad de libertarse de las ilusiones terrenas, aprendiendo a lidiar con las armadillas y comprendiendo con más claridad sus propias cuestiones kármicas, vistas como injustas o crueles, pero necesarias para la propia evolución y por tanto benéficas desde el punto de vista de la Esencia.

Aquello que no fuese obtenido durante una encarnación será intentado nuevamente en la próxima, después de un trabajo de toma de conciencia en el período inter-encarnaciones, pero no olvidemos que reencarnaremos exactamente al mismo nivel en nuestros cuerpos mental y emocional, es decir, con las mismas tendencias y la misma necesidad de pasar por situaciones "negativas" que las hagan aflorar, para que sean trabajadas y mejoradas.

Y así vamos, encarnación tras encarnación, hasta que nos purifiquemos, hasta que eliminemos nuestras inferioridades, hasta que seamos aptos para proseguir nuestra evolución en el Plano Astral.

Y más tarde en el Plano Mental, en el Causal, y sucesivamente, rumbo al núcleo del Universo, al Origen.

Una Reencarnación es un día de clase en una escuela a que erróneamente llamamos "vida"; estamos aquí para estudiar y aprender.

Las armadillas nos distraen y nos prenden. Debemos conocer nuestra estructura energética y la de los diversos Planos evolutivos, debemos estudiar, pesquisar, y estar atentos a cuello que hemos de curar en nosotros.

No debemos culpar a nada ni a nadie, por el contrario, debemos agradecer a cualquier persona o situación que nos posibilite percibir que aún no estamos curados, que todavía no somos perfectos.

No olvidemos que somos una Conciencia en perfeccionamiento y que estamos encarnados como un personaje que irá pasando por experiencias y vivencias basadas en aquello que necesita curar; el resultado de eso dependerá básicamente del grado de corrección de nuestra visión durante esa permanencia terrena.

Así, evolución espiritual tiene que ver con el mejoramiento de nuestra miopía espiritual y las gafas son el discernimiento, el conocimiento y la limpieza de nuestros sentimientos.

Necesitamos todos de más corazón y menos mente, más afecto, menos intelectualismo, más cariño, menos correría, más naturaleza, menos TV, más paisaje, menos computador, más música para el Espíritu, menos para las piernas, más lealtad, menos interés, más contacto físico, menos chats, más miradas, menos tecleo. O entonces, me estoy haciendo viejo...

:: Mauro Kwitko :: 
Traducción de Teresa - teresa_0001@hotmail.com

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