Pero aun así, no debéis temer este tiempo, pues se trata de un cambio necesario para dar paso al nuevo tiempo de luz, de claridad, de paz y hermanamiento.
Todo aquello que pertenece a la vieja energía, será puesto a prueba hasta que caiga por sí mismo y así poder dar paso a esta nueva energía que ya está naciendo.
Para afrontar este tiempo de transición se están preparando unos centros de luz o lugares donde la energía se mantiene en una vibración elevada a fin de dar cobijo a los trabajadores y mensajeros de la luz que así lo requieran, en caso de una emergencia eventual.
Serán cobijos temporales, pero importantes centros de encuentro, donde estas personas podrán “recargarse” o refugiarse el tiempo que necesiten.
Dará igual la procedencia, la edad o la necesidad. Estos centros de luz son lugares aislados del medio social.
No intervendrá ningún factor económico social, tal y como lo conocéis, sino que será una nueva forma de ver la vida.
Serán lugares pequeños, como una casa o un apartamento, pero también pueden llegar a ser una cueva o algún punto en la naturaleza que parezca improvisado o incluso pueden tener una estructura más grande con varias casas o hasta un pueblo pequeño.
Estos centros de luz proporcionarán alimentación y nutrición, sanación y restauración, cobijo y enseñanza, compartir y necesidades básicas.
Aquellos de buen corazón que estén destinados a crear un centro de luz, intuitivamente sentirán la necesidad de crear estos espacios.
Para ello, deben abstenerse de muchas cosas y renunciarán a todo aquello que les impida ese objetivo, sentirán el llamado a hacerlo, aunque muchos tardarán en dar el paso o no lo conseguirán.
Cada uno sentirá una inquietud interior en ese sentido y acabará encontrando una parcela, o llegará a un trozo de tierra, o comprará alguna casa, o dispondrá ya de ella y la cederá para su misión, etc.
Los que sienten la necesidad de crear estos espacios ante los tiempos venideros es porque están siendo preparados.
Los centros de luz estarán enlazados en red de forma que energéticamente puedan beneficiarse los unos de los otros.
También para que las personas que los transiten puedan tener conocimiento de rutas, puedan acceder a zonas para hacer sus trabajos conociendo donde pueden descansar o refugiarse.
Esto permitirá una mejor distribución de aquellos que necesiten luz o esos lugares de luz.
En este momento ya están entrelazados gran parte de los centros a nivel energético pero falta el anclaje físico para unirles: la presencia y la intención.
Para evitar la contaminación energética deberá mantenerse impoluta la higiene de esos lugares y, a tal fin, deberá evitarse la introducción de energías malversadoras transportadas por personas o enseres, porque si un centro se ensucia, automáticamente se aparta de la red.
Cada vez que un centro se ensucia o cae, la red utiliza otros caminos energéticos.
Se trata de energías procedentes de fuentes que no aceptan el cambio a la nueva energía. Son transportadas, en la mayoría de los casos, de forma inconsciente.
El guardián o guardianes de cada centro se encargarán de no permitir el acceso a ciertas personas.
Esto se hará de forma interdimensional, comunicando sólo a las personas indicadas la ubicación exacta del centro, y a veces advirtiendo a esas mismas personas de posibles acompañantes no deseables.
En estos centros de luz se realizará un trabajo de aprendizaje, de comunión, de hermandad, de compartir, de proyección mental, de proyección hacia otros mundos, de transporte de semillas o herramientas, de divulgación de conocimiento, de preparación para los nuevos tiempos, etc.
La necesidad de higiene de estos centros requiere que en cierta medida se mantengan resguardados de posibles malos usos.
No es apropiada la afluencia masiva o de “tipo turístico”. No son lugares para curiosos ni para gente que solo tiene interés en su propio crecimiento.
Se deberán tomar las medidas necesarias para prevenir todas estas situaciones pero tampoco caer en el extremo de la idea de crear una élite.
Para ayudar a las personas que se dispongan a crear estos centros de luz es preciso alentarles, animarles, de corazón.
No es necesario saber quiénes son, pues hay muchos que se mantienen en secreto.
De todos modos, si tenéis el privilegio de conocer o saber de alguien así deberéis ser cautos y no divulgarlo. Cada centro variará según sus funciones.
Muchos crearán elementos para el intercambio con otros sectores o centros, la mayoría tendrán capacidad para producir alimento básico. Otros necesitarán traer de fuera algunas cosas.
Los centros nunca serán algo fijo, la dinámica de cada centro puede variar enormemente en el tiempo pues también variará la presencia de sus integrantes, sean de paso o sean residentes y, de ese modo, servirán como verdaderos oasis, en caso necesario.
Angel Luis Fernández.
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