google

Mostrando entradas con la etiqueta EL KARMA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta EL KARMA. Mostrar todas las entradas

domingo, 15 de abril de 2018

Como Transmutar el karma.

EL KARMA

por Elina Oliviero

Seguro que en alguna ocasión oíste a alguien decir que la vida “es cuestión de karma” o que algo bueno o malo le pasó por culpa del karma. Lo cierto es que este concepto tan ligado a la filosofía budista está muy relacionado con la idea de que si hacemos algo, tarde o temprano cosechamos su efecto.

En el budismo no existe un dios controlador, sino leyes que vienen de la naturaleza y las personas tienen libre albedrío para aplicarlas o no. Por tanto, hacer el bien o el mal depende de cada uno. Esa decisión provoca consecuencias de las que somos, en gran parte, responsables.


Acción
La palabra karma significa 'acción' y se refiere principalmente a nuestras acciones físicas, verbales y mentales. Nuestra acciones dejan huellas e impresiones que forman imágenes en nuestra mente.

Con el tiempo, esas imágenes producen sus correspondientes resultados. Nuestra mente es como un campo de siembra y las acciones que cometemos, las semillas que allí se plantan.

Las acciones virtuosas son las semillas de nuestra felicidad futura, y las perjudiciales, las de nuestro sufrimiento.

Estas semillas permanecen ocultas hasta que dan fruto cuando se reúnen las condiciones necesarias para su germinación. Además, según el planteo oriental, desde que se realiza la acción original hasta que se perciben las consecuencias, pueden transcurrir varias vidas.

“El karma es experiencia, la experiencia crea memoria, la memoria crea imaginación y deseo, y el deseo crea de nuevo el karma”, decía el escritor Deepak Chopra.

Cada individuo posee una disposición mental, una apariencia física y experiencias únicas que son efecto de las incontables acciones que cada uno ha realizado en el pasado. No hay dos personas que hayan realizado las mismas acciones en vidas pasadas.

Ninguna persona puede tener los mismos estados mentales, experiencias y apariencia física que otra. Cada ser posee su propio karma individual. Unos tienen un físico atractivo y otros, no. Algunas personas siempre están alegres y se conforman con poco, mientras que otras suelen estar de mal humor y nunca están satisfechas. Algunas personas entienden con facilidad el significado de las enseñanzas espirituales, pero otras las encuentran difíciles y oscuras.

El nudo infinito simboliza la interconexión entre las causas y los efectos, un ciclo kármico que continúa eternamente.

Como resultado de nuestras acciones o karma, renacemos en este mundo las veces que sea necesario para poder rectificar los errores. Sufrimos porque hemos cometido numerosas acciones perjudiciales en vidas pasadas.

El origen de estas malas acciones son nuestras propias perturbaciones mentales, como el odio, el apego y la ignorancia de aferrarnos a lo que vamos a dejar. También contamos con conquistas virtuosas esenciales como apoyo para poder modificar nuestro pasado. La meta es crecer en sabiduría y amor

La imagen del símbolo del karma, que es un nudo sinfín, sirve para entenderlo mejor. Es un motivo cultural que se encuentra comúnmente en Asia.

El nudo infinito simboliza la interconexión entre las causas y los efectos, un ciclo kármico que continúa eternamente. Este mismo nudo infinito es el que se encuentra en el centro de la rueda budista de oración.


Los tipos de karma
El karma, tradicionalmente, se ha separado en tres tipos:

1- Prarabdha karma: Este es un karma automático, que sucede en el mismo momento en el que se está llevando a cabo la acción.

Por ejemplo, la satisfacción automática que se siente al ayudar a quien lo necesita, o el sentimiento negativo que se sufre cuando se hace daño a alguien.

2- Sanchita karma: Este segundo karma hace referencia a los recuerdos negativos o positivos que quedan en nuestra mente después de haber realizado una buena o una mala acción.

Por ejemplo, el dolor de no haber hecho una declaración de amor o la alegría de recordar la cara de felicidad de alguien a quien ayudaste.

3- Agami karma: Por último, está el karma que hace referencia a los efectos que tendremos en el futuro por una acción del presente. Por ejemplo, cuando el haberle hecho mal a alguien se vuelve en contra porque nadie quiere relacionarse contigo.


Transmutar el karma

La Filosofia Kármica que practicamos en la Fundación Fhers cuenta con un instrumento único para conocerse y poder transmutar ese karma que traemos de vidas pasadas: es la Carta Natal Kármica.

Se trata de una herramienta de autoconocimiento personal.
A través de signos, casas y aspectos armónicos e inarmónicos, se detallan tanto las virtudes como las cosas que venimos a revertir. Esto nos da la pauta del karma que venimos a transmutar.

El karma está grabado dentro nuestro en forma de imágenes mentales. Para rectificarlo, al igual que una computadora, debemos cambiar esa imagen por una virtud, contraria al defecto observado.

Para poder realizarlo, nuestro cuerpo debe estar en equilibrio con una alimentación natural y saludable; flexible gracias a la práctica de movimiento físico consciente y depurado con una respiración nasal diafragmática.

Hay que aprender a observar y utilizar la mente para poder meditar y así modificar nuestro karma: cambiar la semilla que encontramos para tener una cosecha diferente.

Finalmente, comprendemos que todo puede ser rectificado, nada es determinante ni fijo. Llevará más o menos tiempo, depende de cada uno de nosotros.

Modificar el karma tiene como premisa conocerse, para saber qué tengo que cambiar, cultivar virtudes y hacerlo en tiempo propicio.

La Astrología Kármica cumple con esas premisas y nos da instrumentos comprobables para realizarlo.

Para lograr esta transmutación todos contamos con un dharma, es decir, virtudes de vidas pasadas, que nos facilitan el aprendizaje en este planeta-escuela que es la Tierra. Son el apoyo para dejar atrás el pasado, iniciar una vida nueva y poder contribuir también para la construcción de un mundo mejor.

"Quien se atreve a cambiar la forma de ver la vida, puede hacer que su vida, cambie de forma". fuente


MAS INFO: https://buenasiembra21.com/?s=astrologia+

viernes, 31 de marzo de 2017

El karma y la Pobreza...hay una relación?


El karma y la pobreza
¿se puede vencer la pobreza y la escasez?


Aunque les parezca increíble, la pobreza y la escasez son estados de conciencia y nada tienen que ver con las situaciones económicas de una familia o de un país. A lo largo de mis 41 años de práctica y viajes por muchos países, he comprobado esta visión que hace tiempo aprendí de la Astrología Védica.

Causas para la pobreza y la escasez

Desde mi punto de vista, hay tres causas para la pobreza y la escasez.

    La primera: para las personas que creemos en la reencarnación, es el karma.
    La segunda: el modelaje que hemos recibido en nuestra formación académica y religiosa.
    La tercera: el producto de las anteriores y que son nuestros sistemas de creencias.

El karma y la pobreza
Hay dos sistemas de ahorro, los que haces en esta vida por medio de los métodos que selecciones y los de la otra vida, que se logran por medio de la práctica de la generosidad. Las personas no nacen en cunas de oro por casualidad, sino por los méritos acumulados en otras vidas.

Cuando una persona está enfrentando un problema de pobreza por falta de generosidad en otra vida, eso se ve claramente en su carta natal. El planeta que rige la Casa IX en un horóscopo es el indicador de cuán generoso eres y cuánta fortuna puedes acumular. Si ese planeta está afligido por otros planetas maléficos, no podrás hacer fortuna. Hay otras causas kármicas, como son los robos o los engaños que hemos cometido en otras vidas para arrebatarles los bienes a otras personas, etc.

Las semillas kármicas que producen los efectos en las distintas vidas están en nuestra mente, por lo cual podemos erradicarlas por medio de toda la metodología diseñada por los antiguos maestros de nuestra tradición y así, de esta forma, romper ese ciclo de pobreza.

El modelaje, la formación y la pobreza


Nadie nace en una familia por casualidad, son nuestras semillas kármicas las que nos atraen a esos grupos de seres humanos para que pasemos por las experiencias que tenemos que vivir en esta vida.

Mi experiencia me dice que si vivimos en una familia de escasos recursos, nos acostumbramos a vivir así, y lo vemos como normal. Ahora, sumemos a esto el adoctrinamiento que recibimos de esas religiones que predican los méritos de la pobreza, aunque sus ministros y prelados viven en la abundancia.

Si así nos forman, nunca saldremos de ese círculo vicioso. He visto muchas veces salir de la pobreza a personas que tomaron la decisión de superarse y convertirse en millonarios.
Los sistemas de creencias y la pobreza

Todos los factores anteriores abonan a formar los sistemas de creencias que desde el inconsciente afectan nuestra visión de mundo y nuestra forma de actuar.

    Podemos preguntarnos: ¿cuántas personas no se han hecho ricas en medio de una crisis económica?

Conozco más de una veintena de hombres y mujeres que salieron de los campos de sus países, que no tenían ni zapatos ni educación y se han hecho ricos y siguen siendo prósperos ahora en medio de esta recesión. Igualmente, conozco decenas de casos de personas educadas que tienen recursos y que han tomado -a nivel inconsciente- la decisión de vivir en la escasez.

¿Cómo lograrlo?

Antes que todo, debemos tomar una decisión de cambio si no nos sentimos cómodos con la forma de vida que tenemos. Luego, debemos encontrar cuál es el mecanismo interno que nos hace permanecer en la inercia, sabotear oportunidades o despilfarrar nuestros recursos.

Una vez identificados, entonces podemos cambiarlo usando los recursos tradicionales de la astrología védica y también la hipnoterapia. Al erradicar las semillas de la pobreza y la conciencia de escasez veremos cómo las oportunidades vienen a nosotros y cómo nuestra creatividad se despierta.

Esta es la razón por la cual los astrólogos védicos ponen tanto énfasis en la luna para medir las capacidades económicas de una persona. La luna es la mente y si no cambiamos de punto de vista nunca saldremos de la pobreza, aun cuando las condiciones económicas del país y la economía en general sean óptimas. Seguiremos.

José N. García
Psicólogo en el área de Investigación, Enseñanza y Educación Especial


MAS INFO:
http://buenasiembra.com.ar/esoterismo/astrologia/reencarnacion-karma-edgar-cayce-607.html

viernes, 18 de marzo de 2016

Como Funciona la Ley de Causa y Efecto (karma-dharma)


TU ÁRBOL FAMILIAR, TUS ACTOS, LOS ACTOS DE LOS OTROS MIEMBROS DE LA FAMILIA Y LOS RESULTADOS

Cuando no entiendas porque te suceden cosas que te lastiman pregúntate:

Estoy buscando en los lugares correctos? o será que debo dejar que las cosas sucedan con la ayuda de Dios?

Estoy rezando de corazón para estar bajo ese amparo divino que me conduce hacia el buen camino?

Estoy atento a que aquello que creo que es mi propósito espiritual, me encuentre haciendo las cosas correctamente? Aquello que hago esta en la luz? Es decir:

Dios haría las cosas como las estoy haciendo? Eso que hago no lastima a nadie? Es sano? Es natural? Es algo que me puede dar prosperidad?

Mis amistades son sanas? Son almas nobles y buenas? O estan contaminadas y me perjudican por su sola vibración negativa? Los consejos de esas amistades son influenciados por Dios o por sus miedos o por sus heridas no curadas?

Me ocupe de sanar las relaciones con mi familia, para no atraer experiencias que son el resultado de las partes quebradas del arbol? Ayude a liberar los nudos de mi Arbol familiar?

Me ocupe de tomar conciencia de los registros de mi arbol y recé por todo aquello que en el, nos lleva a atraer cosas malas?

Me ocupe de arrepentirme por todos mis actos equivocados y egoístas, que perjudican o perjudicaron a mi arbol?

Sabias que si interrumpiste la llegada de un alma a la tierra alguien en tu arbol va a pagar ese error y perder un hijo? Quizas 20 años despues uno de tus hijos pierde un hijo en un accidente o un bebe no llega a nacer, por un acto equivocado en el sistema familiar, ausente de arrepentimiento y aprendizaje, lo sabias?

Sabias que si te quedaste con un dinero que no te corresponde, alguien en tu arbol será estafado? Quien sabe si 10 años despues, tu hijo con todo su esfuerzo emprende algo hermoso y es estafado por ello o peor aún, le robarán.

Sabias que si engañaste, alguien en tu arbol sufrirá el ser engañado? Quién sabe en unos años un hijo/a tuyo o un hermano sufre por un engaño y ese dolor lo lleva a la enfermedad y esa traición es el resultado de un acto negativo del arbol…Lo sabias?

Muchas veces muchas personas engañan o son engañadas por el lazo negativo que los vincula a esa energía y solo se disuelve cuando hay verdadero arrepentimiento en aquellos que actuaron influenciados por la tentación o cuando alguien de la familia se ocupa de hacer una restauración en la energia del linaje a través de oraciones decretos y sentimientos concientes que actuan como un purificador, cuando con la ayuda de Dios, deseamos recibir esa fuerza curativa.

Sabias que todos tus actos buenos benefician a toda tu familia y todos aquellos negativos la perjudican?
Sabias que tambien karma, es no aprovechar las oportunidades que Dios pone en el camino?

Cuantas veces tenemos todos los recursos para mejorar nuestra vida y nos quedamos en el drama, en la depresión, en la queja o peor aún en la resistencia a cambiar para ser mejores personas?
Sabias que todo ello tambien cambia para mal tu destino?


Son llamadas RESISTENCIA Y NEGACIÓN a la evolución.

Sabias que cuando les das a tu familia alimentos de origen animal, los estas conduciendo a tener futuras enfermedades? Sean leches, carnes, quesos, huevos y hasta la miel de abeja, son productos totalmente destructivos para el cuerpo humano.

Te informaste para tomar conciencia de que nuestro cuerpo esta diseñado para alimentarse SOLO de lo vegetal? Frutas, verduras, leches vegetales, semillas, cereales, legumbres.
Sabias que es responsabilidad de los padres, adquirir esa educación espiritual y guiar a sus hijos por el camino correcto?


Ahora lo sabes, ahora podes tomar conciencia y utilizar esta información para iluminar tu vida y la de tus seres queridos.

PERDÓNATE, PERDONA, CAMBIA Y COMPROMÉTETE A VIVIR EN LA LUZ.
APRENDERLO, nos ayuda a ENTENDER.


SOMOS PARTE DEL ÁRBOL y la energía de el Árbol buscará equilibrar siempre.

QUE TUS ACTOS ILUMINEN A OTRAS ALMAS. SE UNA BENDICIÓN PARA TU LINAJE.

CONCIENTIZA DE QUE ESTA HECHO EL ARBOL QUE ELEGISTE ANTES DE VENIR A ESTE VIAJE, PORQUE TODOS SUS REGISTROS ERAN AFINES A TUS DESAFIOS O LECCIONES PENDIENTES. MEJORATE, MEJORA TU VIDA, CRECE Y EVOLUCIONA.

Tenemos mucho por trabajar INTERNAMENTE y muchas veces ponemos toda la atención en el afuera.
Así olvidamos que el camino del alma es hacia DENTRO.


Busca en tu corazón hasta encontrar en lo mas profundo a la presencia de Dios, quién te dará todas las respuestas y la guia.

EL PUEDE AYUDARTE, EL QUIERE HACERLO!
Amén!

Por Vanina Sousa Gramuglia
Comparto con amor


MAS INFO: http://buenasiembra.com.ar/esoterismo/astrologia/reencarnacion-karma-edgar-cayce-607.html

jueves, 23 de enero de 2014

Cayce: El Karma y la Reencarnación...

Lectura (5753)

Edgar Cayce 
"La venida a la tierra ha sido y es, para la evolución del alma y su conciencia" (5749-5)

"Los espíritus de todos los que han pasado del plano físico se quedan en él hasta que su desarrollo los lleve adelante, o están en el plano de la comunicación o se quedan en esta esfera con la que se pueden comunicar. Hay miles de nosotros aquí en el presente " (3744-2)

Edgar Cayce vivió entre 1877 y 1945. Durante su vida, vaticinó la segunda ascensión de Alemania dos décadas antes de que sucediera, la depresión económica de 1929, vaticinó que EEUU entraría en guerra en 1941 y anunció que 1945 sería el año de la victoria aliada.

Al morir, dejó al mundo un legado de más de catorce mil predicciones realizadas en estado de trance.


Los acontecimientos que Cayce profetizó ocupan un periodo de 40 años, entre 1958 y 1998.

Edgar Cayce realizó su primera lectura en 1901, acerca de un problema de salud que le concernía personalmente.

Luego dictó muchas más, pero el concepto de la reencarnación no apareció hasta 1923, en una sesión ejecutada para Arthur Lammers, impresor en Dayton, Ohio.

Conviene mencionar que una lectura había abordado la cuestión doce años antes; no obstante, la alusión se ignoró durante mucho tiempo, pues nadie en el entorno de Cayce conocía el concepto en aquel entonces.

A fin de cuentas, la reencarnación fue el objeto de casi dos mil lecturas psíquicas, denominadas "lecturas de vida". Constituye el segundo gran tema evocado por Cayce en trance. Reencarnación y Karma

En esencia, ¿qué es la reencarnación?


 Es la creencia de que cada uno de nosotros pasa por vidas sucesivas, con el propósito de crecer en espíritu y de recobrar la plena conciencia de su naturaleza divina.

El punto de vista de Cayce excluye la metempsicosis o transmigración de las almas, según la cual los humanos pueden reencarnarse en forma animal.

A la vez, provee un marco filosófico para el pasado, poniendo especial énfasis en la manera de asumir nuestra existencia actual: debemos vivir el momento presente, procurando desarrollarnos espiritualmente y ayudarnos los unos a los otros.

Las lecturas enseñan que el recorrido que hemos efectuado nos ha traído al punto en que nos encontramos.

Sin embargo, lo esencial no es quiénes hemos sido o qué hemos hecho antes, sino cómo reaccionamos frente a las oportunidades y a las pruebas que surgen ahora mismo, dondequiera que nos hallemos.

En efecto, nuestras elecciones y conducta del momento, provenientes de nuestro libre albedrío, son las que realmente importan. La perspectiva de Cayce, para nada fatalista, abre horizontes casi ilimitados.

En las lecturas, Cayce señaló también el peligro de comprender incorrectamente la reencarnación. Indicó que ciertas teorías alteraban su verdadero significado.

En particular, todas las que no reconocían la libre voluntad creaban lo que llamó "un monstruo kármico", es decir una idea errónea que no tomaba en cuenta los hechos auténticos, ni la estrecha conexión existente entre el karma, el libre albedrío, el destino y la gracia.

Aún hoy en día, mucha gente interpreta, de manera equivocada, la reencarnación como un eslabonamiento o una concatenación ineluctable de experiencias y de relaciones que nos impone nuestro karma.

Si así fuera, nuestras decisiones anteriores nos obligarían a seguir una trayectoria marcada con acontecimientos específicos, y nuestro porvenir ya estaría fijado.

Esta visión difiere totalmente de la de Cayce, pues las lecturas destacan que el pasado no proporciona sino una coyuntura posible o probable.

Muestran que, lejos de ser meros espectadores, a veces reticentes, desempeñamos un papel dinámico en el desenvolvimiento de nuestra propia existencia.

La palabra "karma" es un término sánscrito que significa "obra, hecho o acto".

A menudo se le da el sentido de "causa y efecto". Las lecturas concuerdan con esta acepción, pero añaden la noción filosófica inédita y exclusiva de que el karma puede definirse como una memoria.

Por ende, no se trata de una "deuda" que tenemos que pagar conforme a algún criterio universal, ni de una serie de experiencias determinadas por nuestras previas acciones, buenas o malas.

El karma es sólo una memoria
, una fuente de información que incluye elementos ‘positivos’ y otros aparentemente ‘negativos’, en la cual el subconsciente busca los datos que utiliza en el presente.

Esto explica, por ejemplo, las afinidades o las animosidades espontáneas que sentimos por ciertas personas.

Aunque esa memoria subconsciente se refleja en nuestra fisonomía e influye en nuestros pensamientos, reacciones y decisiones, siempre podemos recurrir al libre albedrío para orientar nuestra vida.

Las lecturas de Cayce mencionan que cuando fallecemos, no nos reencarnamos de inmediato.

 Puesto que lo que llamamos subconsciente en el plano físico viene a ser nuestro consciente en el más allá, el alma recapitula todo lo que ha atravesado y escoge, entre las lecciones que debe aprender, las que se siente capaz de asumir ahora a fin de seguir su evolución. Entonces aguarda el momento propicio para renacer en la tierra.

Ordinariamente, elige un entorno que ha conocido antes. En cada nueva vida, opta por un cuerpo masculino o femenino, según el objetivo de su encarnación.

Además, selecciona el ámbito y las condiciones (padres, familia, lugar, época, etc.) que le permitirán perfeccionarse y cumplir con lo que espera realizar.

Sin embargo, sus experiencias dependerán de la forma en que emplee su libre albedrío dentro de ese contexto.

En efecto, podemos considerar nuestras tribulaciones como obstáculos e impedimentos o, por el contrario, transformarlas en situaciones beneficiosas, en oportunidades de elevar nuestro nivel de conciencia.

El proceso de reencarnación continúa hasta que logremos personificar el amor universal en el mundo y expresar nuestra esencia divina en todos los aspectos de la vida terrenal.

Conviene notar que talentos y cualidades nunca se pierden, de modo que las facultades cultivadas en cada encarnación se suman al capital del futuro.

Por ejemplo, el don de los niños prodigios es el resurgimiento de un talento ejercitado en una o varias existencias previas. Asimismo, un excelente profesor de literatura podría haber sido escritor, historiador y copista en vidas anteriores.

De hecho, nuestras aptitudes se manifiestan en función del motivo de nuestra encarnación actual.

Las lecturas revelan que el karma no se instaura entre los individuos, sino únicamente con uno mismo. En otras palabras, "uno siempre se enfrenta a sí mismo".

En consecuencia, el curso de nuestra existencia se basa en las decisiones que tomamos a fin de responder a la coyuntura que nosotros mismos hemos suscitado.

No obstante, la noción más difícil de entender es que, en general, se nos brinda la posibilidad de resolver nuestros propios problemas kármicos a través de nuestras interacciones con los demás.

Por esta razón, en lugar de aceptar la plena responsabilidad de nuestros fracasos y decepciones, tendemos a imputárselos a otros.

Así nuestro karma nos es personal, pero nos sentimos constantemente atraídos por la gente o los grupos que nos ofrecen ocasiones favorables de asumirlo.

De manera similar, ellos se acercan a nosotros en su recorrido individual para satisfacer su memoria kármica.

Por lo tanto, nuestras relaciones con los demás nos permiten enfrentarnos a nosotros mismos y vivir sucesos que nos enseñan y nos ayudan a avanzar en el sendero espiritual.

Con frecuencia, los episodios vividos en grupo reaparecen, en encarnaciones posteriores, como vínculos familiares, profesionales, culturales o étnicos.

Las lecturas subrayan que nunca nos encontramos con alguien accidentalmente, porque las coincidencias no existen. Del mismo modo, no experimentamos de entrada una profunda simpatía o antipatía sino hacia personas que hemos conocido antes.

Debemos atenernos a las consecuencias de nuestras decisiones y actitudes previas, ya que cosechamos inevitablemente lo que hemos sembrado. La Biblia dice: "Todo lo que sembrare un hombre, eso mismo cosechará."

Los adeptos de la reencarnación suelen afirmar: "Atraemos lo que es semejante a nosotros." Esto implica que, algún día, tendremos experiencias análogas a las que nuestras elecciones han producido en la vida de otros.

A diferencia de las doctrinas fatalistas que nos reservan una suerte inmutable, la teoría de Cayce asevera que somos dueños de nuestro destino.

En efecto, podemos controlar nuestros pensamientos, palabras y acciones, y escoger nuestro comportamiento ante las circunstancias que nosotros mismos hemos engendrado.

Comprendamos que todo lo que acontece en nuestra existencia es el fruto de nuestra propia creación, y que nuestras tribulaciones siempre contribuyen a nuestro desarrollo cuando las consideramos como oportunidades de corregir los errores del pasado o de adquirir sabiduría y entendimiento.

Descubrir por qué nos hallamos en una u otra situación no es necesariamente fundamental: lo primordial es cómo nos disponemos a hacerle frente, pues de nuestras reacciones nacen nuestras experiencias futuras.

Así, dos personas podrán adoptar una actitud muy distinta en casos comparables, por ejemplo con respecto a la pérdida de un empleo.

Mientras que una se angustiará y amargará, la otra verá una ocasión inesperada de reconstruir su vida y de dedicarse a alguna actividad que le apasiona desde hace mucho tiempo.

La reencarnación es un concepto que figura en las grandes religiones del mundo y no se limita a las filosofías orientales.

Profesa la tolerancia y la compasión, contesta numerosos interrogantes y da sentido hasta a los más mínimos aspectos de la existencia. Algunos la encuentran provechosa, otros controversial.

De cualquier forma, lo que los demás opinan no es pertinente. Los adeptos serios saben que todos hemos experimentado varios ámbitos, condiciones y circunstancias en el transcurso de nuestras vidas sucesivas.

Ellos se sirven de la reencarnación, no para detenerse en el pasado o enorgullecerse de quizás haber gozado de notoriedad anteriormente, sino para crecer en espíritu y contribuir a mejorar el mundo en el que vivimos. Cayce ilustra esta idea en la siguiente lectura:
"Determine por qué razón está buscando esa información. Si es a fin de oír que ha vivido, fallecido, y sido enterrado al pie del cerezo al fondo del jardín de su abuela, ¡esto no le hará un mejor vecino, ciudadano o padre!
En cambio, si es para saber que ha pronunciado palabras hirientes, de lo cual se ha sentido culpable, y que ahora puede redimirse actuando de manera justa, ¡entonces sí, vale la pena!"
MAS INFO:
 http://buenasiembra.com.ar/esoterismo/astrologia/reencarnacion-karma-edgar-cayce-607.html

lunes, 24 de octubre de 2011

¿Por qué no recordamos las otras vidas?


¿Por qué no recordamos lo que hicimos en la otra vida?


Son varias las respuestas inmediatas que se pueden dar, por ejemplo: ¿Cómo voy a recordar cosas que yo no hice sino que las hizo otra personalidad?

O, si no recordamos muchas cosas que han ocurrido no hace mucho tiempo y menos aún las de la infancia, ¿cómo vamos a recordar lo que hicimos hace más de mil años?

Pero hay hechos curiosos que demuestran que hemos vivido en otras épocas.

Uno de ellos fue el caso de un mendigo muy mayor que en un momento de delirium habló una lengua que desconocía; otro fue el de una niña que, yendo con sus padres se fijó en otro hombre y dijo que él era su padre (se comprobó que esa niña había muerto como niña no hacía muchos años siendo su padre el que ella decía).

En estos casos los niños renacen utilizando sus anteriores cuerpos de deseos y mental, y por eso tienen más fácil el recordar.

Otro caso sería el de una persona puesta en trance que también habló un idioma antiguo de los países del Este.

Sin embargo, hay un hecho en el cual no muchas personas se ponen a pensar, y es que, como ya dijimos, renacemos con una serie de habilidades (como muchos genios lo han demostrado a través de la historia) que, aunque no recordamos cuándo las adquirimos, lo cierto es que están ahí y no son de la vida presente.

Tenemos varias clases de memorias: la memoria normal a la que tenemos acceso y la memoria subconsciente donde están guardados muchos hechos y pensamientos que creamos, que nos vienen o que captamos por afinidad, y todo lo que se va grabando en el átomo-simiente en forma de película.

Estas dos clases de memoria (consciente y subconsciente) están relacionadas con las experiencias de esta misma vida.

Pero hay una tercera memoria llamada supra-conciencia, que es donde están guardadas todas las facultades y conocimientos adquiridos en las vidas anteriores.

Esta supra-conciencia está en los mundos del Espíritu y a veces se manifiesta en forma de intuición, conciencia, carácter interno que se muestra en los pensamientos, e incluso como aliciente o impulso del Espíritu para actuar en determinada línea.

En realidad y, aunque no recordemos el pasado, todo está guardado; es más, en muchas ocasiones nos vienen hechos a la cabeza que no reconocemos o tenemos vislumbres de otras cosas que, aún sin saber de dónde proceden, sabemos que es algo relacionado con nosotros.

Lo mismo que en un momento dado no recordamos algo de nuestra propia vida y en otro momento de relajación mental o sensibilidad cerebral si lo hacemos.

También ocurre que las personas que son muy mayores y han llevado una vida pura pueden percibir hechos de otras vidas en esos mundos espirituales.

No olvidemos que el Yo ha estado presente en todas esas vidas y esa memoria del pasado está a su alcance, el problema es que no puede hacernos conscientes, entre otras cosas porque nuestros vehículos no son los mismos ni pueden responder a tan altas vibraciones.

Es decir, si no estamos lo suficientemente desarrollados como para ver los mundos invisibles, ¿cómo vamos a estarlo para percibir lo que hay en el propio Mundo del Espíritu?

Sólo cuando a través del renacimiento hayamos purificado o elevado nuestros cuerpos, estaremos preparados para recibir las impresiones que el Espíritu nos pueda enviar.

Por otro lado, las neuronas y moléculas cerebrales están relacionadas con la memoria consciente de los hechos que nos rodean y con la conexión de la personalidad (yo inferior) con el Ego; ni existían antes de nacer ni existirán una vez que se desintegre el cuerpo.

La memoria está íntimamente unida al hombre, pero el eslabón que une la memoria o el cerebro de una vida con otra es el Yo superior, el pensador que conecta con la personalidad para informarla e iluminarla.

Como consecuencia, se entiende que si no se eleva la personalidad hacia su verdadero Yo, no puede haber conexiones entre las memorias de las diferentes vidas.

El día que la propia purificación del hombre elimine las barreras, existentes entre el yo inferior y el superior, ya no habrá separación entre las memorias.

Mientras tanto y sabiendo que el cerebro de hoy no es el que utilizarán las otras personalidades en el futuro, tendremos que conformarnos con trabajar para el desarrollo espiritual hasta que comencemos a percibir en nuestra conciencia algún vislumbre de las vidas pasadas como efecto de nuestro propio esfuerzo y desarrollo.

La razón, el discernimiento, la memoria, las ideas elevadas, la intuición y la voluntad son aspectos del rayo que el Ego envía al cerebro y que, haciendo vibrar las moléculas de las celdas nerviosas, se modifican según su capacidad de transmisión y sus condiciones físicas.

De cualquier forma y, aunque se quieran dar muchas explicaciones o se quieran poner muchos ejemplos como el de un campesino que sin estudiar y sin haber viajado hablaba hebreo cuando estaba sonámbulo, de nada servirá ante el incrédulo y materialista.

¿Es que por el hecho de no recordar lo que hicimos en los primeros meses o años de nuestra vida no los vivimos? Si los escépticos materialistas no creen ni en la existencia del Alma ni en la de los otros mundos, ¿cómo van a creer que nosotros, después de pasar por el Purgatorio y el Cielo (simbólicamente dicho lo que se presenta en el proceso del fallecer), eliminamos la memoria de la vida pasada y sólo recogemos la esencia de sus experiencias?

Claro que más de una persona irá más lejos y se preguntará que porqué tenemos que sufrir por algo que presuntamente hicimos.

Lo cierto es que las Leyes de Dios son sabias y actúan como tales, porque si recordáramos lo que hicimos hace, por ejemplo, ocho o diez vidas, y las cosas que hicimos entonces, no nos beneficiaría nada; como tampoco nos beneficiaría el saber que determinadas personas de nuestro entorno nos hicieron otras cosas que no nos gustaría saber.

No recordaremos las vidas pasadas hasta que no estemos en un grado tal de desarrollo espiritual que no nos pueda afectar por muy duras que sean las imágenes de lo que hicimos o fuimos.

Esas deudas del pasado se van liquidando poco a poco como karma maduro y es preferible ser ignorantes de ellas.

Es más, si supiéramos cuáles fueron nuestras horribles actuaciones sabríamos cuándo las deberíamos pagar y, al ver el castigo que nos viene encima, nos hundiríamos y no seríamos capaces de hacerle frente.

Si no recordamos ni conocemos lo que ocurrió en el pasado tampoco podemos saber lo que queda por venir, es decir, no sabemos lo que hemos aprendido en el pasado ni tampoco lo que nos queda por aprender en los futuros renacimientos.

Sin embargo, si tenemos un medio en que basarnos para actuar en el futuro pensando a su vez en el pasado y así intuir lo que hemos podido hacer, este medio es la conciencia.

La conciencia, la Voz del Espíritu nos advierte para que no cometamos errores en el futuro, nos aconseja a la hora de tomar decisiones, nos amonesta cuando hemos hecho algo malo, etc., y todo basándose en lo que este Espíritu sabe que hemos hecho en el pasado.

Cuando una persona conecta con un verdadero Maestro o Hermano Mayor y lleva a cabo los ejercicios encomendados por ellos, despertará la clarividencia y el poder de salir conscientemente del cuerpo físico para leer en el éter reflector sólo, aproximadamente, hasta la vida anterior.

Pues bien, a partir de ahí se puede preparar para leer en la Memoria de la Naturaleza que se encuentra en la región arquetípica del Mundo del Pensamiento.

Francisco Nieto

MAS  INFO: http://buenasiembra.com.ar/esoterismo/articulos/reencarnacion.html

http://buenasiembra.com.ar/salud/meditacion/existe-vida-despues-de-la-muerte-442.html

http://buenasiembra.com.ar/salud/psicologia/relaciones-temas-pendientes-de-otras-vidas-552.html

YO SOY No tengo principio, no tengo fin, carezco de forma y no tengo nombre

Soy una luz que traspasa las sombras, Soy una Voz que fragmenta el silencio

Soy una nota de Eterna Armonía y soy silencio, sombras y misterio

Soy un Meteoro que arraiga en la Tierra, Soy una gota que se une al Océano

Soy un color que se integra en la Iris y soy la nube, la tormenta y el rayo

Soy movimiento y oscilo en las ondas, Soy vibración que estremece las formas

y soy al mismo tiempo, sin embargo, Arquero, Arco, Flecha, Tiro y Blanco

Soy un recuerdo que se hace presente, Soy la mirada que observa lo oculto,

Soy pensamiento que piensa en sí mismo y la Conciencia de todas las cosas

Soy un gran grito que estalla en mil ecos, Soy el Testigo de todo suceso,

Soy el actor de todo personaje y las máscaras de todos los gestos,

Soy un suspiro con algo de eterno, Soy el aliento que reanima al polvo,

Soy Ave Fénix y Soy sus cenizas y Soy el fuego que se autoalimenta,

Soy la fusión permanente del Ser, que de continuo penetra en su esencia,

Soy todo centro y Soy la periferia y estando doquiera nadie me ve

Soy las raíces y también el fruto, Soy la simiente y la descendencia,

Soy el último y extraño espécimen de una especie que jamás ha nacido

Soy Total Certidumbre en lo azaroso y en la certeza Soy imponderable,

Soy el compendio de todos los tiempos y la duración que nunca transcurre,

Soy la expansión progresiva de todo, hacia el Acercamiento Infinito,

Soy el espacio que acerca y separa y aquel encuentro que nunca fue ausencia,

Soy cumbre y abismo, quietud y vértigo, Soy causa y efecto, principio y fin,

Soy lapso y distancia al mismo tiempo, música y danza,

Soy todo y nada, vacío y plenitud y siendo todo esto,

no tengo causa carezco de forma, duración y nombre...(YO SOY ESPIRITU)

domingo, 10 de octubre de 2010

Edgar Cayce sobre la Reencarnación y el Karma.



Edgar Cayce realizó su primera lectura en 1901, acerca de un problema de salud que le concernía personalmente. Luego dictó muchas más, pero el concepto de la reencarnación no apareció hasta 1923, en una sesión ejecutada para Arthur Lammers, impresor en Dayton, Ohio. Conviene mencionar que una lectura había abordado la cuestión doce años antes; no obstante, la alusión se ignoró durante mucho tiempo, pues nadie en el entorno de Cayce conocía el concepto en aquel entonces. A fin de cuentas, la reencarnación fue el objeto de casi dos mil lecturas psíquicas, denominadas "lecturas de vida". Constituye el segundo gran tema evocado por Cayce en trance.


¿Qué dicen las lecturas de Edgar Cayce sobre la reencarnación y el karma?


En esencia, ¿qué es la reencarnación? Es la creencia de que cada uno de nosotros pasa por vidas sucesivas, con el propósito de crecer en espíritu y de recobrar la plena conciencia de su naturaleza divina. El punto de vista de Cayce excluye la metempsicosis o transmigración de las almas, según la cual los humanos pueden reencarnarse en forma animal. A la vez, provee un marco filosófico para el pasado, poniendo especial énfasis en la manera de asumir nuestra existencia actual: debemos vivir el momento presente, procurando desarrollarnos espiritualmente y ayudarnos los unos a los otros. Las lecturas enseñan que el recorrido que hemos efectuado nos ha traído al punto en que nos encontramos.



Sin embargo, lo esencial no es quiénes hemos sido o qué hemos hecho antes, sino cómo reaccionamos frente a las oportunidades y a las pruebas que surgen ahora mismo, dondequiera que nos hallemos. En efecto, nuestras elecciones y conducta del momento, provenientes de nuestro libre albedrío, son las que realmente importan. La perspectiva de Cayce, para nada fatalista, abre horizontes casi ilimitados.


En las lecturas, Cayce señaló también el peligro de comprender incorrectamente la reencarnación. Indicó que ciertas teorías alteraban su verdadero significado. En particular, todas las que no reconocían la libre voluntad creaban lo que llamó "un monstruo kármico", es decir una idea errónea que no tomaba en cuenta los hechos auténticos, ni la estrecha conexión existente entre el karma, el libre albedrío, el destino y la gracia.


Aún hoy en día, mucha gente interpreta, de manera equivocada, la reencarnación como un eslabonamiento o una concatenación ineluctable de experiencias y de relaciones que nos impone nuestro karma. Si así fuera, nuestras decisiones anteriores nos obligarían a seguir una trayectoria marcada con acontecimientos específicos, y nuestro porvenir ya estaría fijado. Esta visión difiere totalmente de la de Cayce, pues las lecturas destacan que el pasado no proporciona sino una coyuntura posible o probable. Muestran que, lejos de ser meros espectadores, a veces reticentes, desempeñamos un papel dinámico en el desenvolvimiento de nuestra propia existencia.


La palabra "karma" es un término sánscrito que significa "obra, hecho o acto". A menudo se le da el sentido de "causa y efecto". Las lecturas concuerdan con esta acepción, pero añaden la noción filosófica inédita y exclusiva de que el karma puede definirse como una memoria. Por ende, no se trata de una "deuda" que tenemos que pagar conforme a algún criterio universal, ni de una serie de experiencias determinadas por nuestras previas acciones, buenas o malas.


El karma es sólo una memoria, una fuente de información que incluye elementos 'positivos' y otros aparentemente 'negativos', en la cual el subconsciente busca los datos que utiliza en el presente. Esto explica, por ejemplo, las afinidades o las animosidades espontáneas que sentimos por ciertas personas. Aunque esa memoria subconsciente se refleja en nuestra fisonomía e influye en nuestros pensamientos, reacciones y decisiones, siempre podemos recurrir al libre albedrío para orientar nuestra vida.


Las lecturas de Cayce mencionan que cuando fallecemos, no nos reencarnamos de inmediato. Puesto que lo que llamamos subconsciente en el plano físico viene a ser nuestro consciente en el más allá, el alma recapitula todo lo que ha atravesado y escoge, entre las lecciones que debe aprender, las que se siente capaz de asumir ahora a fin de seguir su evolución. Entonces aguarda el momento propicio para renacer en la tierra. Ordinariamente, elige un entorno que ha conocido antes.


En cada nueva vida, opta por un cuerpo masculino o femenino, según el objetivo de su encarnación. Además, selecciona el ámbito y las condiciones (padres, familia, lugar, época, etc.) que le permitirán perfeccionarse y cumplir con lo que espera realizar. Sin embargo, sus experiencias dependerán de la forma en que emplee su libre albedrío dentro de ese contexto. En efecto, podemos considerar nuestras tribulaciones como obstáculos e impedimentos o, por el contrario, transformarlas en situaciones beneficiosas, en oportunidades de elevar nuestro nivel de conciencia. El proceso de reencarnación continúa hasta que logremos personificar el amor universal en el mundo y expresar nuestra esencia divina en todos los aspectos de la vida terrenal.


Conviene notar que talentos y cualidades nunca se pierden, de modo que las facultades cultivadas en cada encarnación se suman al capital del futuro. Por ejemplo, el don de los niños prodigios es el resurgimiento de un talento ejercitado en una o varias existencias previas. Asimismo, un excelente profesor de literatura podría haber sido escritor, historiador y copista en vidas anteriores. De hecho, nuestras aptitudes se manifiestan en función del motivo de nuestra encarnación actual.


Las lecturas revelan que el karma no se instaura entre los individuos, sino únicamente con uno mismo. En otras palabras, "uno siempre se enfrenta a sí mismo"[1]. En consecuencia, el curso de nuestra existencia se basa en las decisiones que tomamos a fin de responder a la coyuntura que nosotros mismos hemos suscitado. No obstante, la noción más difícil de entender es que, en general, se nos brinda la posibilidad de resolver nuestros propios problemas kármicos a través de nuestras interacciones con los demás. Por esta razón, en lugar de aceptar la plena responsabilidad de nuestros fracasos y decepciones, tendemos a imputárselos a otros.


Así nuestro karma nos es personal, pero nos sentimos constantemente atraídos por la gente o los grupos que nos ofrecen ocasiones favorables de asumirlo. De manera similar, ellos se acercan a nosotros en su recorrido individual para satisfacer su memoria kármica. Por lo tanto, nuestras relaciones con los demás nos permiten enfrentarnos a nosotros mismos y vivir sucesos que nos enseñan y nos ayudan a avanzar en el sendero espiritual. Con frecuencia, los episodios vividos en grupo reaparecen, en encarnaciones posteriores, como vínculos familiares, profesionales, culturales o étnicos. Las lecturas subrayan que nunca nos encontramos con alguien accidentalmente, porque las coincidencias no existen. Del mismo modo, no experimentamos de entrada una profunda simpatía o antipatía sino hacia personas que hemos conocido antes.


Debemos atenernos a las consecuencias de nuestras decisiones y actitudes previas, ya que cosechamos inevitablemente lo que hemos sembrado. La Biblia dice: "Todo lo que sembrare un hombre, eso mismo cosechará".[2] Los adeptos de la reencarnación suelen afirmar: "Atraemos lo que es semejante a nosotros". Esto implica que, algún día, tendremos experiencias análogas a las que nuestras elecciones han producido en la vida de otros.


A diferencia de las doctrinas fatalistas que nos reservan una suerte inmutable, la teoría de Cayce asevera que somos dueños de nuestro destino. En efecto, podemos controlar nuestros pensamientos, palabras y acciones, y escoger nuestro comportamiento ante las circunstancias que nosotros mismos hemos engendrado. Comprendamos que todo lo que acontece en nuestra existencia es el fruto de nuestra propia creación, y que nuestras tribulaciones siempre contribuyen a nuestro desarrollo cuando las consideramos como oportunidades de corregir los errores del pasado o de adquirir sabiduría y entendimiento.


Descubrir por qué nos hallamos en una u otra situación no es necesariamente fundamental: lo primordial es cómo nos disponemos a hacerle frente, pues de nuestras reacciones nacen nuestras experiencias futuras. Así, dos personas podrán adoptar una actitud muy distinta en casos comparables, por ejemplo con respecto a la pérdida de un empleo. Mientras que una se angustiará y amargará, la otra verá una ocasión inesperada de reconstruir su vida y de dedicarse a alguna actividad que le apasiona desde hace mucho tiempo.


La reencarnación es un concepto que figura en las grandes religiones del mundo y no se limita a las filosofías orientales. Profesa la tolerancia y la compasión, contesta numerosos interrogantes y da sentido hasta a los más mínimos aspectos de la existencia. Algunos la encuentran provechosa, otros controversial. De cualquier forma, lo que los demás opinan no es pertinente. Los adeptos serios saben que todos hemos experimentado varios ámbitos, condiciones y circunstancias en el transcurso de nuestras vidas sucesivas. Ellos se sirven de la reencarnación, no para detenerse en el pasado o enorgullecerse de quizás haber gozado de notoriedad anteriormente, sino para crecer en espíritu y contribuir a mejorar el mundo en el que vivimos. Cayce ilustra esta idea en la siguiente lectura:


“Determine por qué razón está buscando esa información. Si es a fin de oír que ha vivido, fallecido y sido enterrado al pie del cerezo al fondo del jardín de su abuela, ¡esto no le hará un mejor vecino, ciudadano o padre! En cambio, si es para saber que ha pronunciado palabras hirientes, de lo cual se ha sentido culpable, y que ahora puede redimirse actuando de manera justa, ¡entonces sí, vale la pena!”
[Lectura 5753-2]


Libros recomendados:
* "Múltiples moradas" ("Many Mansions") - Gina Cerminara
* "Reencarnación: Conociendo su pasado, Creando su futuro" ("Reincarnation: Claiming Your Past, Creating Your Future") - Lynn Elwell Sparrow
1. Lectura 1432-1
Traducciones equivalentes: "uno siempre se confronta consigo mismo"; "uno se encuentra continuamente frente a sí mismo".
2. Epístola a los Gálatas 6.7
Fuente: www.edgarcayce.org/