La Ley del Dharma tiene tres componentes.
El primero dice que cada uno de nosotros está aquí para descubrir su verdadero yo, para descubrir por su cuenta que el verdadero yo es espiritual y que somos en esencia seres espirituales que han adoptado una forma física para manifestarse.
No somos seres humanos que tienen experiencias espirituales ocasionales, sino todo lo contrario: somos seres espirituales que tienen experiencias humanas ocasionales.
Cada uno de nosotros está aquí para descubrir su yo superior o su yo espiritual. Esa es la primera forma de cumplir la ley del Dharma. Debemos descubrir por nuestra cuenta que dentro de nosotros hay un dios en embrión que desea nacer para que podamos expresar nuestra divinidad.
El segundo componente de la ley del Dharma es la expresión de nuestro talento único. La ley del Dharma dice que todo ser humano tiene un talento único. Cada uno de nosotros tiene un talento tan único en su expresión que no existe otro ser sobre el planeta que tenga ese talento o que lo exprese de esa manera.
Eso quiere decir que hay una cosa que podemos hacer, y una manera de hacerlo, que es mejor que la de cualquier otra persona, en este planeta. Cuando estamos desarrollando esa actividad, perdemos la noción del tiempo. La expresión de ese talento único, o más de uno en muchos casos, nos introduce en un estado de conciencia atemporal.
El tercer componente de la ley del Dharma es el servicio a la humanidad, servir a los demás seres humanos y preguntarse:
-¿Cómo puedo ayudar? ¿Cómo puedo ayudar a todas las personas con quienes tengo contacto?
Cuando combinamos la capacidad de expresar nuestro talento único con el servicio a la humanidad, usamos plenamente esta ley. Y cuando unimos esto al conocimiento de nuestra propia espiritualidad, el campo de la potencialidad pura, es imposible que no tengamos acceso a la abundancia ilimitada, porque ésa es la verdadera manera de lograr la abundancia.
Y no se trata de una abundancia transitoria; ésta es permanente en virtud de nuestro talento único, de nuestra manera de expresarlo y de nuestro servicio y dedicación a los demás seres humanos, que descubrimos preguntando: , en lugar de:
La pregunta es el diálogo interno del ego. La pregunta es el diálogo interno del espíritu. El espíritu es ese campo de la conciencia en donde experimentamos nuestra universalidad. Con sólo cambiar el diálogo interno y no preguntar sino , automáticamente vamos más allá del ego para entrar en el campo del espíritu.
Y aunque la meditación es la manera más fácil de entrar en el campo del espíritu, el simple hecho de cambiar nuestro diálogo interno de esta manera también nos brinda acceso al espíritu, ese campo de la conciencia donde experimentamos nuestra universalidad.

Si deseamos utilizar al máximo la ley del dharma, es necesario que nos comprometamos a hacer varias cosas:
Primer compromiso: Por medio de la práctica espiritual buscaremos nuestro yo superior, el cual está más allá de nuestro ego.
Segundo compromiso: Descubriremos nuestros talentos únicos, y después de descubrirlos disfrutaremos de la vida, porque el proceso del gozo tiene lugar cuando entramos en la conciencia atemporal. En ese momento, estaremos en un estado de dicha absoluta.
Tercer compromiso: Nos preguntaremos cuál es la mejor manera en que podemos servir a la humanidad. Responderemos esa pregunta, y luego pondremos la respuesta en práctica. Utilizaremos nuestros talentos únicos para atender a las necesidades de nuestros congéneres los seres humanos; combinaremos esas necesidades con nuestro deseo de ayudar y servir a los demás.
Hagamos una lista de nuestras respuestas a estas dos preguntas: ¿Qué haría yo si no tuviera que preocuparme por el dinero y si a la vez dispusiera de todo el tiempo y el dinero del mundo?
Si de todas maneras quisiéramos seguir haciendo lo que hacemos ahora, es porque estamos en dharma, porque sentimos pasión por lo que hacemos, porque estamos expresando nuestros talentos únicos.
La segunda pregunta es: Respondamos esa pregunta y pongamos la respuesta en práctica.
Descubramos nuestra divinidad, encontremos nuestro talento único y sirvamos a la humanidad con él; de esa manera podremos generar toda la riqueza que deseamos.
Cuando nuestras expresiones creativas concuerden con las necesidades del prójimo, la riqueza pasará espontáneamente de lo inmanifiesto a lo manifiesto, del reino del espíritu al mundo de la forma.
Cuando nuestras expresiones creativas concuerden con las necesidades del prójimo, la riqueza pasará espontáneamente de lo inmanifiesto a lo manifiesto, del reino del espíritu al mundo de la forma.
Comenzaremos a experimentar la vida como una expresión milagrosa de la divinidad, no ocasionalmente, sino a toda hora. Y conoceremos la alegría verdadera y el significado real del éxito, el éxtasis y el júbilo de nuestro propio espíritu.
















Simplemente entré en estado meditativo... sin usar música como normalmente lo hacía, simplemente me senté en el silencio y ¡fue maravilloso! Muy liberador... aunque la música me ayuda a enfocarme para alcanzar las ondas del sonido...no es indispensable para nada.
La Contemplación del Corazón es una maravillosa meditación en silencio que irradia como el sol la energía de amor, tan solo con la consciencia en la respiración mientras sostenemos el concepto inmaculado e incorporamos todo lo que hemos aprendido en estas hermosas producciones de sensaciones y sonido.
Cuando hay dificultad en aquietar la mente...existen otras formas de meditar, por intención o dar otro enfoque.
Durante el proceso de preparación para el 11.11.11, una de las cosas que me quedó muy claro fue que "Nosotros somos los Portales", debemos de encender el portal dentro de nosotros...Tuve una experiencia muy fuerte durante una de las meditaciones, un vórtice se encendió en mi chakra cardiaco... nuestro cuerpo y todo nuestro ser es nuestro vehículo y debemos practicar para encender nuestra propia máquina, para anclar la luz dentro de nosotros y en la Tierra ~ Elisa Valdes
Rara vez había usado meditaciones guiadas hasta que comenzamos a utilizarlas aquí este año.
Yo me enfoco en mi llama Trina, me visualice en el Fuego Violeta, luego en el Tubo de Luz...Me coloco en la rejilla y visualizo a nuestro grupo de almas como una Cruz Maltesa...Voy automáticamente al centro de la Tierra y a todos los sitios sagrados...como lo hacíamos regularmente en nuestras audio-meditaciones.
Una cosa que me ha sido de ayuda para "aquietar al changuito de la mente" es algo que ya todos sabemos...poner nuestra atención en lo Más Alto...pero dando mayor claridad al reconocer que estamos poniendo nuestra atención en nuestra Alma Grupal...lo que está SIEMPRE en la meditació
Desde que regresé de Perú y Bolivia después del 11.11.11, he estado meditando conscientemente, instantáneamente conectando y simplemente observando...poniendo mi atención en la naturaleza y sintiendo, realmente sintiendo la energía fluir a través de cada célula de mi cuerpo y sintiéndome en agradecimiento y consciencia.