Neurociencia: La mente en reposo
Referencia: Nature.com .
Autor: Kerri Smith, 19 de septiembre 2012
Los neurocientíficos están tratando de averiguar por qué el cerebro hace tanto cuando parece estar haciendo tan poco.
Para
los voluntarios, un experimento de escaneo cerebral puede ser muy
exigente. Los investigadores generalmente piden a los participantes que
hagan algo, ya sea resolver problemas de matemáticas, ubicar unas caras
o pensar acerca de sus líderes políticos favorecidos, mientras sus
cerebros están siendo escaneados.
Sin embargo, en los últimos
años, algunos investigadores han estado añadiendo un poco de tiempo a
sus protocolos de estudio. Mientras que los sujetos son todavía
tendidos siendo explorados en la resonancia magnética funcional por
imágenes (fMRI), los investigadores les pidieron que trataran de vaciar
sus mentes. El objetivo es averiguar qué sucede cuando el cerebro
simplemente está inactivo. Y la respuesta es que ocurren muchas cosas.
Algunos
circuitos deben permanecer activos, los que controlan las funciones
automáticas como la respiración y el ritmo cardíaco.
Pero gran parte
del resto del cerebro sigue traqueteando a medida que la mente de forma
natural se pasea por listas de compras, refritos de conversaciones y
ensueños en general. Dicha actividad se ha denominado estado de reposo.
Y los neurocientíficos han visto evidencias de que las redes
involucradas se parecen mucho a las que están activas durante las
tareas.
En el estado de reposo la actividad es importante, en
tanto la cantidad de energía que se le dedica es cualquiera indicacada.
El flujo de sangre al cerebro durante este tiempo suele ser sólo de un
5 a un 10% menor que durante los experimentos basadas en tareas
[1].
Y el estudio del cerebro en reposo debe ayudar a mostrar cómo funciona
el cerebro activo.
En este estado, las redes está ayudando a mapear las
conexiones intrínsecas del cerebro, mostrando, por ejemplo, qué áreas
del cerebro son las preferidas para hablar con otras áreas, y cómo esos
patrones pueden diferir en la enfermedad.
Pero, preguntan los
neurocientíficos, ¿qué es toda esta actividad? Y muchos de ellos
suspiran o encogen de hombros. "Realmente estamos en el principio,
mayormente son hipótesis", dice Amir Shmuel, especialista en imágenes
cerebrales de la Universidad McGill en Montreal, Canadá.
La actividad
de reposo podría estar haciendo una labor de mantenimiento recorriendo
las conexiones cerebrales cuando no están en uso. O podría estar
preparando al cerebro para responder a los estímulos del futuro, o
manteniendo las relaciones entre las áreas que a menudo trabajan juntas
para realizar tareas. Incluso puede estar consolidando recuerdos o
absorbiendo información producidos durante la actividad normal.
"Hay
mucho entusiasmo ahora por este enfoque, y los conocimientos básicos
son muy pocos", comenta Michael Greicius, neurocientífico de la
Universidad de Stanford en California, que comenzó a estudiar el estado
de reposo de estas redes desde hace ya una década.
Siempre activo
Una
serie de experimentos en la década de 1990 sugirieron por primera vez
que el cerebro, realmente, nunca se tomaba un descanso. Bharat Biswal,
por entonces estudiante de doctorado en el Colegio Médico de Wisconsin
en Milwaukee, estaba tratando de hallar formas de identificar y
eliminar las señales de fondo de las exploraciones con fMRI, con la
esperanza de que mejorar la interpretación de señales de las tareas.
"La suposición fue que todo era ruido", señala Biswal, que ahora es
ingeniero biomédico en el Instituto Tecnológico de Nueva Jersey, en
Newark.
Pero cuando miraba las exploraciones hechas de la gente estando
en reposo, él veía fluctuaciones regulares de baja frecuencia en el
cerebro
[2]. Los experimentos de Biswal sugerían que dichas fluctuaciones eran causadas por la actividad neuronal.
En
los primeros días de la investigación, algunas personas estaban seguras
de que habían encontrado algo profundo. "Cuando empecé a mirar estas
redes, estaba convencido de que estábamos tocando el flujo de la
conciencia, y esto era en tiempo real, con el procesamiento consciente
en marcha", reseñaba Greicius. Pero, añadió, "pronto quedamos
desengañados por ese concepto".
Las redes de actividad también
aparecieron en los estados alterados de conciencia, como cuando se
duerme o bajo los efectos de la anestesia
[3],
[4], por lo que no estaban necesariamente relacionados con el procesamiento consciente.
Para
ellos tampoco tenía ningún sentido. Varios años después del
descubrimiento de Biswal, comenzaron a emerger estudios sobre el estado
de reposo. Un equipo dirigido por Marcus Raichle, neurocientífico de la
Universidad de Washington en St. Louis, Missouri, caracterizó
[5]
la actividad en esta red como un estado por defecto del cerebro,
considerándolo su configuración inicial.
Durante las tareas, es estado
por defecto de la actividad se quedaba suspendido, guardado en línea,
para cuando el cerebro ya no estaba centrado tan intensamente
[5].
La
red en modo por defecto se sumaba a decenas de otras formas de red en
estado de reposo, algunos de los cuales se asemejaban a los circuitos
que contribuyen a la atención, la visión, el oído o el movimiento.
Estas redes parecían muy similares en todos los participantes en el
estudio, aunque también son dinámicas, cambian con el tiempo. "El hecho
de que esté siempre presente, pero modificables, dice mucho de su
importancia", señala Michael Milham, director del Centro para el
desarrollo cerebral del Instituo Infantil de Nueva York.
Sin
embargo, algunos investigadores se preguntan si estos patrones de
reposo representan algo real. Después de todo, el fMRI no mide la
actividad eléctrica cerebral directamente, sino que monitorea el flujo
sanguíneo.
La actividad ralentizada de bajo nivel podría ser un
mecanismo. "La gente sospechaba que los escáneres eran malos o que se
trataba de ruido respiratorio", apunta Andreas Kleinschmidt, director
de investigación del
French National Institut de la Health and Medical Research's Cognitive Neuroimaging Unit in Gif-sur-Yvette. Pero con el uso del fMRI y la electroencefalografía (EEG), Kleinschmidt y su equipo confirmaron
[6] que varias redes en estado de reposo se correlacionan con la actividad neuronal real.
Shmuel
y David Leopold, neurofisiólogo de US National Institute of Mental
Health en Bethesda, Maryland, realizó muchas imágenes de estos mismos
estados
[7] en reposo en monos mientras grababan la
actividad eléctrica del cerebro de los animales, mediante sondas
implantadas profundamente en la corteza visual.
Ellos descubrieron
correlaciones entre las redes en reposo y la actividad eléctrica, en
una banda de frecuencias alrededor de los 40 hercios. Esta "actividad
γ" está asociada con la comunicación entre las áreas cerebrales
distantes, y ver esto convenció a Shmuel de que las redes en estado de
reposo representaban la actividad cerebral real. "Creo firmemente que
hay un mecanismo neurofisiológico que subyace a toda aquello que
llamamos redes en estado de reposo."
Trastornos del pensamiento
Se
trata de un mecanismo que sale mal en los trastornos cerebrales. Las
personas con signos tempranos de la enfermedad de Alzheimer, por
ejemplo, tienen firmas inusuales de estado de reposo que se pueden
detectar incluso en niveles muy leves de demencia y que varían según
progresa la enfermedad
[8].
En los niños con el
espectro del trastorno autista, las redes en estado de reposo pueden
estar 'hiperconectadas', mostrando más conexiones que para los niños
sin ese espectro
[9].
Las razones de estas diferencias
no están aún claras, y es posible que sin importar quién, todos están
interesados en la búsqueda de estos marcadores de la enfermedad.
"Desde la perspectiva clínica, no siempre vamos a entender por qué un
biomarcador actúa como marcador biológico", señala Milham.
Sin embargo,
algunos neurocientíficos sienten una profunda curiosidad en cuanto a lo
que hacen estas fluctuaciones. "Eso me quita el sueño", dice Timothy
Ellmore, de la Universidad de Texas, en el
Health Science Center en Houston, que está estudiando la actividad cerebral en reposo en pacientes con la enfermedad de Parkinson.
Algunos
investigadores piensan ahora que las redes en estado de reposo pueden
preparar el cerebro para responder a los estímulos. "El sistema no está
sentado ahí sin hacer nada y esperando", dice Kleinschmidt.
El ciclo de
actividad de estas redes pueden ayudar al cerebro a utilizar
experiencias pasadas para informar sus decisiones. "Es increíblemente
exigente, en términos computacionales, calcular todo sobre la marcha",
subraya Maurizio Corbetta, en la Escuela de Medicina de la Universidad
de Washington en St. Louis.
Él ha estado estudiando el estado de reposo
mediante magnetoencefalografías, una técnica que mide los campos
magnéticos asociados con la actividad eléctrica de las neuronas. "Si
tengo patrones en curso que están adivinando lo que puede pasar en mi
vida, entonces no hace falta calcularlo todo". Él lo compara con la
actividad al ralentí de un vehículo. "Si su coche está listo para
marchar, puedes empezar más rápido que si tienes que encender el motor."
Pero
las redes al ralentí no sólo pueden ahorrar tiempo. También pueden
influir en las percepciones, aunque sea inconscientemente. Para
estudiar cómo la actividad espontánea en reposo afecta a la percepción,
Kleinschmidt y sus colegas, escanearon
[10] los
cerebros de las personas que estaban buscando a una imagen que pueda
ser percibida como una cara o como florero.
Los participantes del
estudio que dijeron haber visto un rostro tenía una actividad más
espontánea en el área fusiforme facial, una región del cerebro que
procesa las caras, antes de que se les mostrra la imagen. Kleinschmidt
sospecha que el cerebro está funcionando con varios modelos del mundo
de fondo, listos cada uno de ellos para convertirse en realidad.
"Idealmente, usted está siempre preparado para lo que pueda suceder."
Corbetta
ha descubierto pruebas en personas con daño cerebral cuya actividad en
reposo puede cambiar su comportamiento. En un trabajo inédito, él halló
indicios de que las lesiones en las regiones frontales del cerebro,
causadas, por ejemplo, por accidentes cerebrovasculares, puede dar
lugar a cambios en la actividad cerebral espontánea en zonas distantes.
Es más, los cambios en la actividad de reposo están ligadas al déficit
de comportamiento. "Esto es una clara evidencia de que los impedimentos
del estado de reposo están afectando a la forma en que se hace cargo la
red durante una tarea."
El Zen y el arte de mantenimiento de la red
Raichle
está a favor de la idea que la actividad en el estado de reposo ayuda
al cerebro a mantenerse organizado. Las conexiones entre las neuronas
están continuamente cambiando conforme la gente envejece y aprende,
pero los seres humanos mantienen un sentido de sí mismo a través de
esta agitación.
La actividad espontánea podría desempeñar un papel en
el mantenimiento de la continuidad. "Las conexiones entre las neuronas
retornan en minutos, horas, días y semanas", señala Raichle. "Y pese a
que la estructura del cerebro será diferente mañana, todavía podemos
recordar quiénes somos."
O tal vez, dicha actividad se enmarca
dentro del proceso de reestructuración, tocando estas conexiones
mientras estamos al ralentí. Varios equipos han informado de cambios en
la conectividad de reposo después de ejecutar tareas de lenguaje y
memoria y de aprendizaje motor. Chris Miall, científico del
comportamiento cerebral en la Universidad de Birmingham, Reino Unido, y
sus colegas, han demostrado que la actividad espontánea en reposo puede
ser alterada por lo que acaba de ocurrir
[11].
El
equipo escaneó a los voluntarios en reposo, y posteriormente les pidió
que aprendieran una tarea que implicaba el uso de un joystick para
seguir un objetivo en movimiento. Cuando estos participantes fueron
examinados de nuevo en reposo, el equipo pudo ver los efectos del
aprendizaje motor en las redes de reposo.
Este estudio, y un trabajo
posterior en el mismo sentido, sugiere que "el cerebro no sólo está
pensando en la cena por venir, sino también procesando el pasado
reciente y convirtiendo algunos en recuerdos a largo plazo", explica
Miall. Los cambios en la red son específicos de las tareas realizadas.
Trabajar
sobre la consolidación de la memoria en animales respalda esta
conclusión. Antes se suponía que los recuerdos del día se fortalecían
durante una noche de sueño. Pues trabajando con ratas, sin embargo,
Loren Frank y Mattias Karlsson, neurocientíficos de la Universidad de
California, San Francisco, han descubierto
[12] que la
repetición y consolidación de los nuevos recuerdos se consigue bajo
cualquier oportunidad, incluso cuando se está despierto. "Y esto ocurre
aun cuando el animal se vea sin hacer nada", afirma Frank.
Se
especula que la actividad de reposo podría estar haciendo lo mismo en
el cerebro humano, reactivando patrones que se corresponden con las
experiencias pasadas. Al mismo tiempo, la actividad en las redes
podrían tener una normalización, una función doméstica".
¿Cómo mantener
un cerebro flexible?" pregunta Frank. "Si uno tiene patrones aleatorios
de actividad limpiadora a través de la red, eso puede ayudar a reducir
la resistencia de las vías asociadas con aquello que has aprendido".
Esto aliviaría al cerebro del continuo refuerzo de las mismas vías.
"Quizá el período de desconexión también sean importantes para esa
tarea."
Shmuel dice que, todavía no es posible descartar la idea
de que esta actividad sea sólo un subproducto de un cerebro vivo. La
corriente fluye a través de estos circuitos, "simplemente porque hay
corriente (el cerebro no está muerto) y hay conexiones anatómicas que
dan a esta corriente una estructura no aleatoria". Aunque, admite,
"espero que este no sea el caso. De todas formas es muy interesante."
Puede
llevar tiempo el precisar un abanico de posibilidades interesantes, ya
que la naturaleza misma de la ciencia del estado de reposo hace que sea
difícil poner a prueba esta hipótesis. Cuando un investigador desliza a
alguien en un escáner, y le instruye a no pensar en nada en particular,
no hay tarea por hacer ni hipótesis que dirigir.
Así que, los
investigadores tienen que generar grandes cantidades de datos y alinear
las hipótesis sobre la marcha. "El estado de reposo se abre al
descubrimiento científico", señala con entusiasmo Milham, antes de
admitir que, tal como se formó como neurocientífico cognitivo, al
impulsar esta hipótesis es una herejía que me haya metido en esto".
Cualquiera
que sea la actividad que se esté haciendo en reposo, su existencia
demuestra una cosa cierta, comenta sin rodeos Miall, "el cerebro sólo
descansa cuando está muerto."
MAS INFO: http://buenasiembra.com.ar/salud/terapias-alternativas/la-mente-subconsciente-el-bienestar-1361.html
- Nature 489, 356–358 (20 September 2012 doi:10.1038/489356a
- Referencia:
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