Los archivos akásicos son la biblioteca universal donde se guarda toda la información de todos los seres vivos desde el inicio de su existencia. Es por ello que a muchas personas les interesa acudir a ellos para consultar su libro de vida y conocer qué otras vidas han vivido.
El interés por conocer las vidas pasadas, no está en un mero conocimiento, sino que puede resultar interesante para sanar bloqueos que estemos reproduciendo en esta vida. Hay muchos métodos para viajar a los archivos akásicos: hipnosis, viajes astrales, … sin embargo nosotros recomendamos el uso de la meditación o visualización creativa. Son técnicas que todos nosotros podemos realizar con un poco de fuerza de voluntad y esfuerzo, y que no tienen ningún efecto secundario. Aunque existen innumerables tipos de meditaciones y visualizaciones creativas, aquí te proponemos una de las más sencillas y eficaces.
Puede que te cueste un poco al principio, pero si la practicas con frecuencia pronto serás capaz de realizarla sin problemas.
Y la meditación dice así:
1. Preparativos: es imprescindible un entorno adecuado.
Busca un lugar tranquilo en el que puedas estar con la luz apagada. Enciende una vela, pon incienso de sándalo o loto y si lo deseas, como algo opcional, puedes poner música clásica o espiritual que te ayude a relajarte. Debes estar sentado con la espalda recta. Puedes hacerlo en una silla, o con las piernas cruzadas en un cojín en el suelo. Sea como fuere, debes estar muy cómodo. Y en cuanto a las manos deberás poner el Dharmachakra mudra.
2. Relajación: para relajarte realiza la primera parte íntegra y la segunda parte hasta el punto dos del ejercicio Combate el estrés.
3. Tu lugar ideal de descanso: imagina un hermoso lugar que te haga sentir muy bien. En ese lugar tienen que estar representados los cuatro elementos (agua, fuego, tierra y aire) en cualquier forma posible. No tengas miedo de imaginar imposibles. Explora en profundidad ese lugar durante un buen rato. Después cuando te sientas preparado visualiza un camino que parte desde ese lugar hacia un horizonte indefinido.
4. El paisaje: avanza por ese camino con serenidad y alegría, sabiendo que nada malo te va a pasar. Disfruta del paisaje a tu alrededor. Si lo deseas, no dudes en pararte a explorar parte del paisaje, o a respirar profundamente.
5. La biblioteca: después de haber avanzando un buen rato por el camino, ve imaginando que en el horizonte aparece la silueta de un edificio. A medida que te acercas vas descubriendo que esa silueta corresponde con una biblioteca. Cuando llegas a la entrada encuentras un cartel que dice: ARCHIVOS AKÁSICOS.
6. Entrando en la biblioteca: decides entrar. En la puerta, encuentras al bibliotecario.
Párate un tiempo a examinarle bien. Puede ser de cualquier forma, hasta lo más increíble para ti. Cuando le hayas visualizado bien, pregúntale si puedes acceder a tu libro de vida. Espera la respuesta. Si te responde que no, es que todavía no estás preparado, así que dale las gracias y sal de la meditación respirando profundamente siete veces y abriendo los ojos despacio. Si la respuesta es que si, pídele amablemente que te lleve a tu libro de vida. En esa biblioteca hay infinitos libros y tú sólo te perderías.
7. Ante tu libro de vida: sigue al bibliotecario entre innumerables estanterías con libros. Después observa cómo se detiene, coge una escalera y de una de las estanterías saca un libro. Coge el libro con las manos y presta mucha atención a cómo te sientes. Obsérvalo con calma sin abrirlo. ¿Es gordo o delgado? ¿De qué color? ¿Tiene algún dibujo? ¿Te pesa?, etc…
8. Consultando el libro: una vez que te sientas preparado vas a consultar tu libro. Para ello pregúntate qué es lo que debes saber de tus vidas pasadas en este momento y ábrelo aleatoriamente. En ese momento pueden aparecer en tu mente imágenes, o simplemente puede que leas algunas líneas del libro. Mantente sereno en todo momento, recuerda respirar profundamente de vez en cuando y ve consultándolo poco a poco. Recuerda que la información puede venir de muchas maneras diferentes. Ten mucha paciencia y serenidad, procurando no interferir en la información con tus propios pensamientos. Si tienes alguna duda, pregunta sin miedo al bibliotecario.
9. De vuelta: cuando consideres que ya sabes suficiente o que quieres dejar la meditación, dale las gracias al bibliotecario y regresa por donde has venido. Recorre el camino hasta tu lugar ideal de descanso, mantente un tiempo allí disfrutando del buen ambiente y respira profundamente tres veces. Después abre lentamente los ojos y ve moviendo tu cuerpo, como si estuvieras desperezándote, hasta que te hayas recuperado del todo.
Es imprescindible que registres en tu diario personal tus viajes al archivo, así podrás reflexionar con más calma sobre los resultados.
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