Lo que tendría que decirles se inscribe en la continuación de mis dos últimas intervenciones y, desde luego, en la continuación de lo que les ha dicho mi Hermana Estrella GEMA (ndr: GEMA GALGANI). Mis palabras serán mucho más cortas que las suyas, porque serán llevadas, a ustedes y en ustedes, de ahora en adelante, por nuestra Comunión de Amor. Vivamos pues, juntos, ese momento de Amor y de Comunión.
… Compartimos el Don de la gracia…
Voy pues a hablarles, en este estado de Comunión, con ustedes, de lo que representa darse al Amor. Darse al Amor, es vivir la Alegría y este Goce Interior permanente que hace que todo lo que es las ocupaciones de nuestra vida cotidiana, sobre la Tierra, cuando estamos allí, se viva en el mismo estado, en el mismo humor.
Darse al Amor, es, en algún lugar, darse a sí mismo para, finalmente Abandonarse. Es volverse insignificante para ser Todo. Es desaparecer de la persona, siendo una persona, para aparecer en su propia Eternidad. Lo que somos es Amor, como decía mi Hermana GEMA, y darse al Amor, es una forma de reciprocidad. Es reconocer el Amor en todas partes, incluso más allá de las apariencias más funestas.
Los remito para eso a lo que he podido escribir, muy joven, cuando decidía orar (eran mis palabras) y ocuparme de un cierto número de prisioneros que habían realizado malas acciones, porque yo pensaba sinceramente que esos seres tenían quizá la mayor necesidad de Amor. No de una ayuda, en el sentido como se podría entender, a nivel humano, pero sí de mi estado de Amor, en plegaria, para ellos.
Darse al Amor, es eso. Es aceptar y reconocer que todo Hermano o Hermana que, aparentemente, no está en el Amor, se ha perdido a sí mismo, no se reconoce en el Amor y pone tal oposición que la única solución, es justamente el Amor. Cuando ustedes aceptan ver las cosas así (porque son así), entonces, lo que ustedes Son se revela a ustedes y, en ese momento, ustedes se dan, a la vez, a sí mismos, al Amor y al otro, cualquiera sea, incluso y sobre todo si les es desconocido.
Porque orar para sus amigos o sus allegados es muy fácil y estar en Amor para el que les parece estar en oposición al Amor y a ustedes mismos, es más, quizá, digno de Amor. Porque, recuerden que, incluso todavía, hoy, antes del movimiento colectivo de la Luz, estamos todos ciegos y amputados de lo que nosotros Somos verdaderamente y que Amar más allá de las apariencias, es también Amar más allá de los conflictos o de los resentimientos.
Y es Amar toda vida. Es amar incluso al Hermano cuyas creencias y el comportamiento está en el lado opuesto del Amor, en apariencia, porque si él es así, es que no se ha encontrado, sencillamente. Cuando acepten eso y hagan la experiencia, entonces toda vuestra vida es cambiada. El movimiento colectivo de Amor que viene, los hará realizar esto. Les dará a ver más allá de las apariencias, más allá de todo lo que puedan clasificar, en función de la inteligencia humana limitada, como de las circunstancias y lo que dan a ver los sentidos o las ideas.
Darse al Amor les permite evitar todos los escollos del juicio, todos los escollos de la condenación, y les permite evitar, sobre todo, no pensar más en vuestro interés propio. En resumen, darse al Amor, es dar el Amor, para un ilustre desconocido, sin ninguna voluntad, simplemente porque sabemos que es su naturaleza (tanto de la Tierra como de este desconocido), eso nos pone en Amor y así pues nos hace Vibrar el Amor.
Porque es un Amor que, justamente, es gratuito: no apunta a compensar lo que sea, no apunta a reparar y sobre todo, es un Amor que no está inscrito en ninguna condición. Es un Amor totalmente gratuito. Es el verdadero Don al Amor. Así, Amar al que se lo puede considerar como su peor enemigo, nos hace comprender y vivir que en definitiva, no hay mejor amigo, para el Amor, que nuestro mejor enemigo.
Porque cualquiera sea lo que vivamos con él (y yo he podido testimoniar, en mi diario, cuando estaba en el Carmelo, ciertas situaciones que vivía como muy difíciles y que, si estaba obligada a mi condición humana sola, me habrían hecho reaccionar o detestar tal persona), eso no podía ser porque yo había decidido que el Cristo y el Amor estarían presentes, del mismo modo, en cada Hermano, en cada Hermana, me hiciera lo que me hiciera y me dijera lo que me dijera.
Eso me permitió, efectivamente, verificar ese Don de Amor y ver que todas las fuerzas estaban ahí y que la Única Verdad y Único Poder, real, se situaban solamente a ese nivel.
Y en las circunstancias colectivas ahora, de ahí donde ustedes están, es eso que va a hacer falta encontrar. Porque, si ustedes son Transparentes, si aceptan desaparecer para ser, en totalidad, ustedes mismos, no tienen nada que apartar, no tienen nada que limitar, en ustedes como para cualquier otro. Y si ustedes aman, en ese momento, verán bien, por ustedes mismos, que se vuelve entonces muy fácil extraerse del juicio, extraerse de la categorización, o de imponer un límite a quien sea o a lo que sea.
Darse al Amor, es así. Es no enviar amor a cualquiera esperando mejorarlo. Es simplemente darse a él, porque ustedes reconocen, en él, lo que ustedes Son, más allá de la edad, más allá de las acciones, más allá de toda apariencia. Y durante este período, es la mejor manera, la única, de encontrarse ustedes mismos, totalmente, y de pasar de un estado, de una experiencia (incluso las más importantes), a volverse esta experiencia, no más como una experiencia sino como un estado permanente que es permitido por este momento colectivo de Luz.
Si ustedes realizan este Don de Amor, la Humildad, la Simplicidad, la Transparencia, les aparecerán cada vez más claramente como la única Vía válida y sobre todo la única Verdad. Saldrán de toda proyección de Amor y se volverán, realmente, lo que Son y que Somos, todos, porque el Amor no puede ser más que un Don: no puede ser guardado para sí. Es en este sentido que los Ancianos, los Arcángeles, les han hablado del Abandono del Sí, no como un rechazo, no como algo a estigmatizar o a condenar, sino más bien la realización de vuestra naturaleza profunda.
Porque mientras estén afectados a este cuerpo, a esta vida, a este efímero, el Amor no puede tocarlos, en totalidad. Podrá expresarse, a través de ustedes, en lo que construyen, en el afecto que llevan o que les lleva un allegado, pero eso no son más que las contrapartidas muy débiles de lo que se realiza cuando ustedes dan el Amor.
Y ese Don de Amor no es ni coyuntural, ni la expresión de una voluntad de Amor (que no querría decir nada) sino es, reconocer la naturaleza del Ser que Somos. Es aceptar que estamos, cuando estamos encarnados, en algo que, por muchos lados, nos aleja de esta Luz y de este Amor y que, sin embargo, nosotros somos.
Entonces, dar el Amor, es suprimir todos los límites. Darse al Amor, es poner fin a todas las limitaciones, a todos los marcos. Es entrar, sin dificultad, en la Eternidad, incluso a la superficie de este mundo todavía presente. Es la mejor manera de rendirse a la evidencia, aceptar, como yo lo decía, de “no ser nada más, para ser Todo”, “de ser el más pequeño”, como les decía Uno de los Ancianos, el Maestro PHILIPPE. Hay, en efecto (es una imagen), un principio de vasos comunicantes.
Ese principio de vasos comunicantes hace que, real y concretamente, mientras ustedes crean ser algo, mientras crean ser alguien y solamente alguien, el Reino de los Cielos les está cerrado y la Verdad del Amor que ustedes Son no les aparece, porque la Conciencia está ocupada en otra cosa que el Amor. Todo ha sido hecho, en este mundo, lo saben, para ocupar la conciencia en otra cosa que el Amor. Darse al Amor, es no proyectar nada más. Es instalarse, totalmente, en el Instante Presente de lo que ustedes hacen, en este acto de Don al Amor.
Ustedes se reconocen y es reconociéndose, verdadera y totalmente, que el peso de lo efímero, del sufrimiento, y el peso de vuestra vida, desaparece totalmente. Y las condiciones de este mundo son muy exactamente esas, con una forma de evidencia cada vez más clara para todo el mundo. Nosotros les hemos dicho a menudo que es en los momentos difíciles que el ser humano encuentra los recursos para encontrarse.
Darse al Amor es el medio de encontrarse rápidamente con el fin de no ser más afectado por lo que se opone al Amor, por el miedo, en ustedes, como en todos lados. Todo eso está ya inscrito, en cada uno de nosotros, en lo más profundo de nosotros. Hay este Amor que está ahí y que no vemos necesariamente porque el miedo lo ha enmascarado, porque los sufrimientos nos lo han ocultado.
Pero si se olvida de sí mismo (como cuerpo o persona que sufre, cuerpo o persona que es herido o que ha sido herido), si se acepta, de algún modo, superar esos límites, entonces el Amor se vuelve claro y la mejor manera de realizarlo, es darse al Amor sin hacerse preguntas, sin buscar una explicación o una lógica.
Porque la lógica obedece a la razón y a las reglas de este mundo. Pero la lógica del Amor no es la lógica misma. Darse al Amor, es penetrar la Unidad, de manera más intensa. Es sobre todo ser aliviado de todo peso, de todo sufrimiento. Es ver la Verdad enfrente, no estar más sometido a las apariencias, aceptando esas apariencias.
El Regreso de la Luz, en esta fase, es un proceso que puedo nombrar místico, porque es la mística pura a la que no le importa en nada vuestra vida, en estas circunstancias, que no le importa nada de lo que ha trazado el hombre, como marco, como límite, debido a su insuficiencia de reconocimiento de Amor.
Darse al Amor, está mucho más allá de la Confianza, o de la Esperanza, o de toda creencia. Es un acto, real y sincero, que se vuelve perceptible y se volverá cada vez más perceptible en la conciencia, porque dándose al Amor, hay Ligereza y hay sobre todo la Claridad y la Profundidad. Resistir al Amor, es el sufrimiento y la carencia. Es interrogarse, es buscarse, sin nunca encontrarse. Si ustedes debieran retener solo una frase de todo lo que les he dicho, desde un cierto tiempo, esa sería simplemente no olvidarse y no olvidar de darse al Amor.
Es el único modo de realizar lo que se Es, todos. Y de hacer eso en esos momentos que preceden el momento colectivo porque es más fácil, porque es más evidente y el Encuentro, entonces, se desarrollará como un cara a cara totalmente alegre y ligero, donde percibirán la ausencia total de separación entre lo que ustedes se vuelven, en esta vida, y lo que Son, en la Eternidad. Recuerden que la distancia es lo que es responsable del sufrimiento. Y el que se ha construido resistencias y sufrimientos, cuando el Amor se presente a él, percibe este sufrimiento con intensidad.
Incluso si el Amor pone fin a todo sufrimiento, hay que, sin embargo, reconocer este Amor como la quintaesencia de lo que somos, y como la quintaesencia de la Vida, en todas partes. Desde luego, las actividades ordinarias que se prosiguen (de todas las vidas de nuestros Hermanos y Hermanas, sobre Tierra) son a veces muy absorbentes, muy invasoras.
Es por eso que las circunstancias y las condiciones del regreso de la Luz van a aligerar la carga de las costumbres y de las obligaciones. No son ustedes que lo deciden: es la acción de la Luz y de su Inteligencia, en esta fase. Ustedes, tienen justo que darse a ella.
Dándose al Amor, realizan que ustedes son Amor, porque no retienen nada para ustedes y se dan enteramente. No hay otra manera de tocar su propia Profundidad, su propio Corazón, y su Eternidad. Tengan la certeza también que todos los elementos que se produzcan en vuestra vida (eso ha sido dicho y repetido, pero va a volverse tanto más importante en las manifestaciones que es necesario volver a decírselo), que todo lo que les llegue en vuestra vida, sin ninguna excepción (incluso lo que les parece penoso, incluso lo que les parece a priori contrario a la Luz y al Amor), no está ahí más que para eso.
No hay ni punición, ni castigo, ni karma, ni falta. Es siempre la persona y la personalidad que cree eso, no el Amor. Ahora bien, todas las circunstancias de vuestras vidas, sin ninguna excepción (incluso si este cuerpo está llamado a partir, en ese momento), son una invitación al Amor y nada más. Una vez más, estén vigilantes, de algún modo, a la mirada que ustedes llevan sobre las cosas y los acontecimientos, sobre vuestros allegados como sobre los seres lejanos.
Y recuerden que la Sombra no se sirve más que de una sola cosa, sea en ustedes o en otro lugar: del miedo. Y que si ustedes están en ese Don del Amor, no puede existir el menor lugar para el miedo. Y que si el miedo está presente, no es más que el reflejo de la actividad de lo que queda de vuestra persona.
Y recuerden que la persona no conocerá nunca la Luz, que la persona no sabrá volverse nunca, no podrá volverse nunca, la Luz. La oruga deja el lugar a la mariposa: no hay ninguna comparación entre la oruga y la mariposa sea en la forma, sea en la manifestación, y sin embargo, al interior, hay la misma cosa. Todo eso, es algo que va a aparecerles, si no es evidente, por lo menos, como más fácil para integrar. He dicho bien para integrar, no para comprender porque eso desafía toda lógica, en el sentido humano, y, más ustedes queden en vuestros límites, más queden en vuestros apegos, más hay resistencia al Amor, y menos pueden darse al Amor.
Darse al Amor, es hacer romper todos los límites y sobre todo, descubrir la Ligereza y la Alegría. No puedo desearles nada mejor. Entonces, desde luego, durante todos estos años, las Vibraciones, los centros de conciencia, las experiencias y los estados que han vivido, han sido, de algún modo, jalones y referencias para traerlos a este tiempo.
Ustedes han tenido la oportunidad de poder preparar y vivir (por anticipación, en cierta manera) ese momento colectivo. Como les han asestado los Ancianos: no hagan nada, conténtense con acoger y darse al Amor, de desaparecer para aparecer a la Verdad Eterna. Es muy simple, incluso si eso, hoy, les parece sin solución, mañana, eso será profundamente diferente.
Y desde mañana, poco a poco o de manera mucho más brutal, entenderán esto sin poder incluso explicarlo, ni incluso comprenderlo, pero es lo que vivirán. ¿Qué puedo desearles de más en este período que se abre? Si hay, en ustedes, interrogaciones sobre lo que he dicho, hoy o en otros días, sobre darse al Amor y si puedo aportarles otras palabras, lo hago.
Pregunta: ¿Cómo Amar las personalidades puesto que se nos pide desapegarnos?
Eso será siempre difícil, mi Hermano, para la personalidad que eres, porque es tu conciencia egótica que dice eso, pero si te colocas en el Amor, eso no plantea ningún problema. No es cuestión de enviar amor. Enviar amor es un acto de la persona, es un acto egótico que se cree superior. Vuélvete nada y todo se te volverá evidente.
La personalidad no verá nunca más que la personalidad, así como tú lo has expresado. Y si ves pues una personalidad, es que tú mismo estás inscrito en la personalidad y no en el Amor. La personalidad tendrá siempre buenas razones para no amar, para detestar o para amar, porque es función de su punto de vista.
No tenemos más preguntas, le agradecemos.
Hermanos y Hermanas, presentes, aquí, permítanme darse a ustedes, darme a ustedes, en este Don de Amor que yo he expresado. Esta es mi manera de rendir Gracia y de Amarlos. Yo les digo, en cuanto a mí, hasta una próxima vez. Adiós.
THERESA DE LISIEUX
31 octubre 2012
31 octubre 2012
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