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miércoles, 30 de mayo de 2012

LA FUERZA DEL DECRETO...



LA FUERZA DEL DECRETO...
¡CUIDADO CON LO QUE DECRETAS!... PORQUE SE TE VA A HACER REALIDAD...



"El decreto es una afirmación verbal o mental, sentida de tal forma que es capaz de prodcir el efecto de lo dicho."



Del libro: Metafísica práctica - Jorge Hartkopf


Las palabras que decimos NO se las lleva el viento. Éstas quedan plasmadas en forma de DECRETO.

Nuestros pensamientos no se esfuman y ya, quedan también plasmados en forma de DECRETO.

La palabra es un pensamiento hablado.

El pensamiento es un decreto silencioso, pero se cumple exactamente igual que un decreto pronunciado.

Cada pensamiento o frase que decimos se convierte automáticamente en un decreto el cual tarde o temprano veremos manifestado en nuestra vida.

Nuestros decretos son órdenes y tienen que ser cumplidas.
El Cosmos, la Vida o como quieran ustedes llamarle, es impersonal y no selecciona cuales decretos va a cumplir y cuales no. Cumple absolutamente TODOS.


Si el decreto es positivo o negativo, será cumplido y se manifestará de igual manera.

Por eso hemos recomendado vigilar lo que pensamos y cuidar lo que decimos. Ser impecable con nuestras palabras no es un lujo, es una necesidad.


Durante el día producimos infinidad de decretos, los cuales van a dar por resultado la realidad que estamos experimentando y que en un futuro experimentaremos.

Quien se levanta diciendo que tendrá un buen día, así lo tendrá. Quien al amanecer diga lo contrario, será el día que obtendrá.


La clase de vida que tenemos es el reflejo de lo que decretamos. La buena suerte y la mala suerte no existen. Nosotros creamos “la suerte” que tenemos.


A las personas que todo les sale bien es porque siempre decretan en positivo, siempre ven lo bueno de la gente y las situaciones y es en lo que enfocan su palabra. Se les escucha decir… “Hoy es un buen día”, “Yo Soy feliz”, “Yo tengo una vida excelente”, “Me gusta mi trabajo”, “Mi esposa es maravillosa”, “Tengo un buen jefe que siempre me reconoce y valora mi trabajo”, “Disfruto la vida”, “Sabía que todo saldría bien”, “Yo Soy Próspero y saludable”, etc.


En cambio las que pasan el día quejándose, hablando mal de todo mundo, de enfermedades, accidentes, eventos negativos de otras personas, criticando y deseando el mal a los demás, eso es lo que obtienen.

Después esas personas ven manifestado lo que decretaron y se sorprenden por la vida que tienen culpando a todo y a todos de su “mala suerte”; siendo que ellos la crearon.


Como lo vimos antes, Jesucristo al referirse al poder de la palabra afirmaba… “No es lo que entra por su boca lo que contamina al hombre, sino lo que de su boca sale; porque lo que de la boca sale, del corazón procede…” Es muy claro de entenderse.


Lo que se decreta con respecto a otros también sucede. Si se hace un decreto a favor o en contra alguien, lo decretado será devuelto al que lo emitió, pero multiplicado.


Cuando algo negativo sucede, es importante examinar la clase de pensamientos y expresiones que se tienen sobre esa persona o situación en particular.

El hecho de que no se haya pensado recientemente, no quiere decir que nunca se pensó o expresó. Si está presentándose es porque lo fue en el pasado y hasta ahora se está manifestando.


Podemos utilizar el DECRETO en nuestro beneficio y en el de los demás.

Es una herramienta maravillosa para cambiar una situación. Nuestra sola palabra tendrá un impacto enorme si la empleamos adecuadamente.

Por medio del decreto podemos regresar la Paz, la Armonía, la Salud, la Prosperidad a nuestra vida o a la de los demás, así como las circunstancias.


La Fuerza del decreto radica en su materialización, pero también en que puede invertir los acontecimientos cambiando su resultado.


Por ejemplo... si llegas a un lugar donde unas personas se están peleando, puedes decretar mentalmente pero con firmeza.. “YO SOY EL AMOR AQUÍ”. Verás como en poco tiempo se calman las cosas regresando la Armonía.


Si estás en un lugar donde las palabras negativas, chismes, críticas y murmuraciones son el tema principal, no te involucres echando más leña al fuego.

No lo corrobores ni lo afirmes, mejor decreta mentalmente…"NO LO ACEPTO PARA MÍ NI PARA ELLAS." Con ello estás cancelando el efecto de lo ahí expresado.


Cuidemos lo que decretamos.

Tomemos conciencia de que el DECRETO es una orden que se cumplirá tarde o temprano porque ha sido creado por la unión de nuestras ideas y la ENERGIA DIVINA que estamos recibiendo de la MENTE DIVINA en cada instante de nuestra vida.

Esa Fuerza Creadora es la que produce la manifestación de lo que deseamos ver en reflejado en nuestra vida.


Viendo el poder tan grande que tenemos para crear y transformar nuestra vida, utilicemos el decreto únicamente, como decían los Maestros Antiguos, para CURAR, BENDECIR y PROSPERAR y eso será lo que obtendremos.


MAS INFO: http://buenasiembra.com.ar/salud/autoayuda/el-tubo-de-luz-683.html 


 

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