*** CONSCIENCIA SIN ELECCIÓN *** [HQ]
LA NATURALEZA DE LA CONSCIENCIA consiste en ser solamente un espejo.
El espejo no tiene elecciones propias. Refleja lo que aparece delante de él, sea bueno o malo, hermoso o feo; sea lo que sea.
El espejo no tiene preferencias, no juzga y no condena. La naturaleza de la consciencia, en su origen, es exactamente igual que un espejo.
LA REALIDAD
Está justo ahí siempre esperando cerca de tu corazón, cerca de tus ojos, cerca de tus manos.
Puedes tocarla, puedes sentirla, puedes vivirla; pero no puedes pensarla. Se puede ver, se puede sentir, se puede tocar; pero no se puede pensar.
Intenta entender la naturaleza del pensamiento. El pensamiento siempre es acerca de, nunca es directo.
Puedes ver la realidad, pero si piensas en ella tendrá que ser acerca de y ese «acerca de» es la trampa, porque cuando piensas acerca de algo ya te has alejado de ello. «Acerca de» quiere decir indirectamente.
«Acerca de» quiere decir que no verás la flor aquí y ahora, que pensarás acerca de ella, y ese «acerca de» se convertirá en una barrera. A través de este «acerca de» nunca llegarás a esta flor.
Ver es algo directo, tocar es algo directo; pero pensar es algo indirecto. Es por eso que el pensar no toca la realidad.
Un amante puede conocer la realidad, hasta un bailarín puede conocerla, un cantante puede sentirla, pero un pensador, sigue sin tocarla.
EL PROBLEMA
El problema para un hombre que busca la realidad es como parar el circulo vicioso del pensar, y aún así ser consciente. Porque los estúpidos tampoco piensan, pero no son conscientes.
Sé consciente; la energía que va al pensar tiene que volverse consciencia. La consciencia que se mueve en un círculo vicioso al pensar tiene que conservarse, tiene que purificarse.
El pensar tiene que parar, el girar de la consciencia tiene que parar, pero la consciencia no.
La consciencia tiene que cristalizarse y la acción tiene que permanecer, la acción no debe parar.
Al unir la consciencia y la acción inmediatamente alcanzas la realidad. Y no sólo tú; sino que crearás una situación en la que otros también podrán encontrar la realidad.
Te convertirás en el ambiente, en el clima alrededor del cual las cosas empezarán a ocurrir. Esto es lo que ocurrió con Budha, con Sosan, con Chuang Tzu.
Recuerda: la acción es buena; el pensar es un círculo vicioso, nunca te lleva a ninguna parte.
Así que hay que dejar de pensar pero no de actuar. Hay gente que continuará pensando; dejará de hacer.
Eso es lo que ocurre cuando una persona renuncia a la vida, se va al bosque, a los Himalayas.
Renuncia a la acción, no al pensar. Renuncia al mundo en el que se necesita la acción.
Renuncia a la propia realidad, porque es a través de la acción que te pones en contacto con la realidad.
Ver es una acción, moverse es una acción, danzar es una acción, pintar es una acción.
Cuando haces cualquier cosa, sea lo que sea, te pones en contacto con la realidad.
Tienes que volverte cada vez más sensible en tu hacer.
No hay que renunciar a la acción; la acción tiene que estar totalmente presente, porque ese es el puente a través del cual tú te mueves en la realidad y la realidad se mueve en ti.
Intenta comprenderlo, porque esto es algo muy básico; básico para mí: renuncia al pensar, no renuncies a la acción.
Hay gente que piensa y piensa, hay gente que renuncia a actuar.
¿Pero qué van a hacer en los Himalayas? Allí toda la energía, al no ser usada en la acción, se irá al pensamiento.
Se harán grandes filósofos. Pero la filosofía es una tierra de tontos; se vive en palabras, no en realidades. El amor desaparece, sólo queda la palabra «amor».
Dios desaparece, él estaba en los campos, en el mercado, en el mundo, y ahora tan sólo queda la palabra «Dios».
Las acciones desaparecen y sólo quedan los conceptos. Tu cabeza se convierte en todo tu ser.
El espejo no tiene elecciones propias. Refleja lo que aparece delante de él, sea bueno o malo, hermoso o feo; sea lo que sea.
El espejo no tiene preferencias, no juzga y no condena. La naturaleza de la consciencia, en su origen, es exactamente igual que un espejo.
LA REALIDAD
Está justo ahí siempre esperando cerca de tu corazón, cerca de tus ojos, cerca de tus manos.
Puedes tocarla, puedes sentirla, puedes vivirla; pero no puedes pensarla. Se puede ver, se puede sentir, se puede tocar; pero no se puede pensar.
Intenta entender la naturaleza del pensamiento. El pensamiento siempre es acerca de, nunca es directo.
Puedes ver la realidad, pero si piensas en ella tendrá que ser acerca de y ese «acerca de» es la trampa, porque cuando piensas acerca de algo ya te has alejado de ello. «Acerca de» quiere decir indirectamente.
«Acerca de» quiere decir que no verás la flor aquí y ahora, que pensarás acerca de ella, y ese «acerca de» se convertirá en una barrera. A través de este «acerca de» nunca llegarás a esta flor.
Ver es algo directo, tocar es algo directo; pero pensar es algo indirecto. Es por eso que el pensar no toca la realidad.
Un amante puede conocer la realidad, hasta un bailarín puede conocerla, un cantante puede sentirla, pero un pensador, sigue sin tocarla.
EL PROBLEMA
El problema para un hombre que busca la realidad es como parar el circulo vicioso del pensar, y aún así ser consciente. Porque los estúpidos tampoco piensan, pero no son conscientes.
Sé consciente; la energía que va al pensar tiene que volverse consciencia. La consciencia que se mueve en un círculo vicioso al pensar tiene que conservarse, tiene que purificarse.
El pensar tiene que parar, el girar de la consciencia tiene que parar, pero la consciencia no.
La consciencia tiene que cristalizarse y la acción tiene que permanecer, la acción no debe parar.
Al unir la consciencia y la acción inmediatamente alcanzas la realidad. Y no sólo tú; sino que crearás una situación en la que otros también podrán encontrar la realidad.
Te convertirás en el ambiente, en el clima alrededor del cual las cosas empezarán a ocurrir. Esto es lo que ocurrió con Budha, con Sosan, con Chuang Tzu.
Recuerda: la acción es buena; el pensar es un círculo vicioso, nunca te lleva a ninguna parte.
Así que hay que dejar de pensar pero no de actuar. Hay gente que continuará pensando; dejará de hacer.
Eso es lo que ocurre cuando una persona renuncia a la vida, se va al bosque, a los Himalayas.
Renuncia a la acción, no al pensar. Renuncia al mundo en el que se necesita la acción.
Renuncia a la propia realidad, porque es a través de la acción que te pones en contacto con la realidad.
Ver es una acción, moverse es una acción, danzar es una acción, pintar es una acción.
Cuando haces cualquier cosa, sea lo que sea, te pones en contacto con la realidad.
Tienes que volverte cada vez más sensible en tu hacer.
No hay que renunciar a la acción; la acción tiene que estar totalmente presente, porque ese es el puente a través del cual tú te mueves en la realidad y la realidad se mueve en ti.
Intenta comprenderlo, porque esto es algo muy básico; básico para mí: renuncia al pensar, no renuncies a la acción.
Hay gente que piensa y piensa, hay gente que renuncia a actuar.
¿Pero qué van a hacer en los Himalayas? Allí toda la energía, al no ser usada en la acción, se irá al pensamiento.
Se harán grandes filósofos. Pero la filosofía es una tierra de tontos; se vive en palabras, no en realidades. El amor desaparece, sólo queda la palabra «amor».
Dios desaparece, él estaba en los campos, en el mercado, en el mundo, y ahora tan sólo queda la palabra «Dios».
Las acciones desaparecen y sólo quedan los conceptos. Tu cabeza se convierte en todo tu ser.
En este vídeo: Gianna Vs
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