google

sábado, 11 de junio de 2011

Venciendo Nuestros Errores...





Una vez que aprendes, sientes y te conoces a ti mismo ya no actúas en un sólo cuerpo, con el físico-mental, sino también con el otro cuerpo que es el universal; la unión entre pensamiento y sentimiento los convierte en uno para dar lugar a una fuerza que es infinita

Es un momento de reflexión en el que verdaderamente sentimos que deseamos ser mejores.

Nos preguntamos "¿cómo puedo ser mejor? ¿cómo puedo ayudar a que este mundo cambie?, ¿qué puedo hacer?
y la respuesta es que el primer paso y el más importante es sentir porque al hacerlo empezaremos a conocer realmente lo que nos rodea y sobre todo a nosotros mismos.

Cuando uno no se siente feliz al 100% o sentimos un vacío en nuestro interior y tratamos de buscar sustitutos, lo que en realidad necesitamos para llenar ese hueco está dentro, en el corazón.

De ahí se tienen que obtener la fuerza y el reconocimiento de nuestra verdad como seres.

Pero si no entiendes tu origen, no vas a entender tu destino ni vas a ser capaz de vivirlo y para conocer nuestro origen, nuestra raíz, tenemos que luchar por descubrir quiénes somos.

Debemos conocer quiénes somos para ser capaces de unirnos al Universo, ahí está la clave para ser lo que en realidad somos, para de verdad lograr nuestra misión como seres del Universo: ser y hacer felices.

Caminado con una pierna

Al
indagar qué hay dentro de nosotros y luchar por encontrar ese conocimiento nos tenemos que enfocar en escuchar a nuestro corazón, no a la mente. Uno por lo general tiene miles de pensamientos respecto a quién es, cuando de lo que se trata es de sentir, porque así encontraremos los mensajes más importantes.

Debemos ser capaces de pensar y de sentir ante cualquier situación, porque es lo que hará que las cosas cambien para todo el mundo. Tan fácil y sencillo como eso. Lo difícil es aceptar que así sea.

Es fundamental comprender que el pensamiento solo es vacío, es hueco, es nulo, pero el pensamiento basado en el corazón es sabiduría.

Cuando no conocemos nuestros niveles de sabiduría y de sentimiento, uno mismo se bloquea porque piensa que ha entendido todo y de repente debe reconocer que no sabe nada, que no se conoce a sí mismo.

Al inicio de mi camino así me pasó y me di cuenta de que jamás iba a poder lograr llegar a nada ni a entender o traspasar el conocimiento si no sabía quién era yo misma.

Tú no sabes lo que eres porque lo que sabes que eres, es una deformación de ti mismo y eso te duele”, me decía mi Maestro Nintancito, quien me hizo darme cuenta de que es como verte en un espejo estando enojado, sabes que será un reflejo que te hará sentir mal y no te gustará, pero si te enfrentas a tu propia visión y rompes eso lo vas a lograr.

Es cierto que es pesado verte como eres, cómo es que uno se va deformando, y uno prefiere ignorar en lo que uno se convierte, pero es vital. Por experiencia lo digo, no tenemos una mínima idea de quiénes somos hasta que no nos enfrentemos.

Si no entiendes tu origen, no vas a entender tu destino ni vas a ser capaz de vivirlo y para conocer nuestro origen, nuestra raíz, tenemos que luchar por descubrir quiénes somos
En mi caso hasta que lo logré fue que pude decir "siento cuál es mi misión en la vida", porque una vez que aprendes, sientes y te conoces a ti mismo ya no actúas en un solo cuerpo, con el físico-mental, sino también con el otro cuerpo que es el universal.

Es la unión entre pensamiento y sentimiento que los convierte en uno para dar lugar a una fuerza que es infinita.

Entonces te preguntas "¿cómo es posible que todo el tiempo estuve caminando en una pierna”.

Cuando reconozcas tu esencia y tu verdad será cuando podrás darte cuenta de todo lo que hay dentro y fuera de ti.

Aunque jamás vas a poder decir "ya tengo el conocimiento", al contrario sentirás que no conoces nada por lo mismo que ves esa infinidad, sabes y sientes que no hay un fin, que no hay un límite de conocimiento, que no hay mucho ni poco, simplemente no hay nada porque la nada es el todo.

A partir de que dejas de ser un misterio para ti mismo es cuando aprendes a ser universal, a ser uno, a dejar de vivir con un mínimo del potencial, que es lo físico, lo consciente (que es consciente y es inconsciente a la vez).

En ese momento nuestra misión de vida nos llegará desde el corazón.

La ayuda de los cuatro elementos

Podemos meditar o hacer otras prácticas espirituales sin que logremos el resultado deseado, y muchas veces la causa es que sólo lo estamos haciendo a un nivel mental y así no se llega a ningún lado.
Si se trabaja con los cuatro elementos usando sólo la mente nunca se logrará estar realmente conectado.

Esos momentos de oración o de ritual tienen que llegar a tocar tu corazón para que realmente haya una comunicación con tu interior.

Aquí quisiera destacar que los cuatro elementos son la base para alcanzar esa conexión, son los que te van a decir cómo y hacia dónde, los que te van a hacer sentir lo que eres y te van a dar la respuesta a todo.

Entonces, tendrás una sensación continua de querer ser mejor persona porque así te nacerá en el corazón, de donde además obtendrás la fuerza y la seguridad de lo que eres, aún con los defectos que creas tener.

Venciendo nuestros errores

Las personas por lo general sabemos cuando actuamos mal, lo negativo uno lo siente porque el corazón sufre.

Cada uno sabe sus errores, cuáles son, y mientras más se luche contra eso más se toma el poder del propio conocimiento y de toda nuestra fuerza.

El camino es reconocer cuáles son nuestros errores, vencerlos y entonces seguir avanzando.

Es la única forma de cumplir con nuestra misión de vida. Los únicos responsables de lograr ese cambio somos nosotros.

Para garantizar que podremos lograrlo es importantísimo ubicar dónde está tu fuerza, qué te motiva a enfrentar esa lucha.

Por ejempl
o, se pueden evocar al amor y al compromiso que uno tiene hacia la vida o el amor a su familia.

De ese sentir se podrá sacar la fuerza para seguir adelante y decir "no me voy a rendir y voy a llegar a donde tenga que hacerlo para que ellos sean felices y se sientan orgullosos de mí".

Ese sentir y pensar es capaz de darnos la fuerza necesaria, pero cada uno debe ubicar la suya para que sea su inspiración y su fuente para seguir adelante.

Tenemos que luchar por seguir avanzando por nosotros mismos, por nuestra felicidad, por esos mensajes que desde niño cada uno tuvo de lo que era cumplir con su misión en esta vida.

Tenemos que luchar por no olvidar esas claves, toda esa labor y amor del Todo o del Universo que está siempre a nuestro lado.

Este inicio de ciclo debemos tener fe de que será un año en que se va a lograr mucho, sólo es preciso comprometernos con el corazón a descubrirnos a nosotros mismos para llegar a ser mejores.

Como últimos consejos, les transmito lo que los Maestros de gran sabiduría repiten constante y pacientemente:


Trabajen con los cuatro elementos
Sientan sus acciones, su corazón. Traten de sentir lo que hacen, dejen el pensamiento.
Provoquen que haya más armonía, comunicación, unión en su trabajo, en su casa, con su familia.
Es muy importante reconocer todo lo que somos dentro.
 
Flora Rocha
Fundación Sabiduría del Corazón
florarocha@sabiduriadelcorazon.orgThis e-mail address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it

No hay comentarios: